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Apuntes sobre la pérdida de memoria de los ancianos o demencia senil (Alzheimer)

Epifanio Álvarez Copete

Dado el constante aumento del Alzheimer en los últimos veinte años por causas que posiblemente son: la alimentación que digerimos con tantos químicos, el estrés continuo en que nos encontramos, la carrera en que discurre nuestra vida, el aumento promedio de la misma, posibles hechos estos que han causado un crecimiento desmedido del alzheimer, lo que ha obligado a la medicina ha dedicarle más tiempo a investigar sobre el origen, control y curación de esta enfermedad, trastorno que mayor o menor preocupación nos causa a quienes ya hemos cruzado el medio día de nuestra vida.

 

Cuando salimos a realizar una diligencia y a la mitad del camino nos preguntamos: -¿Para dónde íbamos?

 

Cando ponemos un objeto en un sitio y luego no recordamos donde lo dejamos, cuando nos encontramos con un amigo y al momento de saludarlo se nos olvidó su nombre, cuando alguien nos comenta aspectos de nuestra vida compartida con otro pero ya no lo recordamos, que no nos quede la menor duda que tenemos principio de Alzheimer.

 

Solo en Estados Unidos existen 5,5 millones de personas diagnosticadas con esta enfermedad y dicha cifra va en aumento.
(Buscar video en youtube, Wolfgang Kellert y su experiencia con la demencia senil de su madre.
https://www.youtube.com/watch?v=uKQaP56XyL0).

A pesar de que gran parte de la ciencia médica nuestra dice que esta enfermedad es incurable y quien la padece simplemente está condenado a ser confinado en un rincón y cuidado por sus familiares, esta enunciación debe tenerse tan solo como una afirmación desde el punto de vista de nuestra medicina tradicional que es la alopática, es decir, la de farmacia, que algunas veces utiliza remedios que en su etiqueta aparecen contraindicaciones porque, al parecer podrían desarrollar otras enfermedades.


Existen muchos casos comprobados que utilizando otro tipo de medicina (bioenergética, botánica, homeopática, mudras etc.) se ha logrado revertir la enfermedad, algunas veces hasta en un 90%.


En cierta visita a Manizales observé que es de conocimiento general darle a tomar aceite de coco puro (sin perfumes u otras sustancias) a los ancianos que acusan pérdida de la memoria, y también es de la sabiduría general tomarlo como preventivo de este mal.


Este detalle me interesó y decidí estudiar sobre el asunto para evitar que algún día llegase yo a estar como aquellos abuelos que se pierden en su casa, no reconocen a sus hijos, no recuerdan aspectos de su vida, etc.


En charlas con algunos amigos de edad que manifestaban presentar algunos vacíos mentales, decidimos tomar aceite de coco puro para verificar sus resultados. Después de cuatro meses reconocemos cuanto nos ha mejorado la memoria; esto me impulsó a estudiar más a fondo la enfermedad encontrando varios conceptos, algunos de los cuales voy a exponerlos brevemente.


El Dr. Dale E. Bredesen, después de treinta años de investigación, afirma en su libro “El fin del Alzheimer” que es posible prevenir y revertir los devastadores efectos de esta enfermedad.

Su tratamiento se enfoca especialmente en la importancia de tomar aceite de coco puro, reducir el consumo de azúcares y agregar otros detalles alimenticios.


Un grupo de investigadores dirigidos por el Dr. Arnaldo Liechtenstein, médico clínico-general del Hospital de Las Clínicas y profesor colaborador del Departamento de Clínica Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), asegura que la pérdida de la memoria ocurre por falta de ingerir suficientes líquidos pues, dice que después de los 50 años el hombre comienza a no sentir la sed, por lo tanto dejan de tomar líquidos y esa menor reserva hídrica que tiene su organismo lo deshidrata; la sangre se vuelve menos fluida y llega menos oxígeno y glucosa al cerebro por lo tanto comienzan a morir las neuronas cerebrales. Enseña que no debemos esperar sentir sed y que tomando un vaso de líquido cada dos horas se evita que llegue la confusión mental, que ocasiona la pérdida de memoria.


Otro grupo de científicos dirigidos por la doctora Mary Newport, quien tuvo que soportar la pérdida de memoria de su esposo Steve Newport, demostró que dándole a un paciente 3 o 4 cucharadas de aceite de coco puro en cada una de las 3 comidas principales del día, después de cuatro meses comienza a manifestarse una gran mejoría en la demencia de los ancianos.


En Brasil, algunos científicos han demostrado después de haberlo hecho exitosamente con ratas introduciéndolas en una piscina y obligándolas a nadar, que personas que padecen del mal de la falta de memoria, practicando natación durante una hora al día por 6 días a la semana, y algunos ejercicios con pesas, estos le devuelven la memoria.


Después de diferentes lecturas sobre el tema, mas observaciones y ensayos en mi y en algunos amigos, llegamos a la conclusión que el aceite de coco puro sí evita la pérdida de memoria y ayuda a revertir el Alzheimer.


Hay que agregar que diferentes escuelas médicas también se han dedicado a buscar la cura de esta enfermedad y en oportunidades presentan mejores resultados que con nuestra medicina de farmacia.


La homeopatía trata la pérdida de memoria con “Baryta Carbónica” y con “Mercurius Vivus”, entre otros remedios.
En la acupuntura china se punzan los puntos: TM10, TM20, MC4, E36, BP5 (CINTRACT).
Magnetoterapia: este sistema que trata colocando imanes en determinados puntos específicos del cuerpo, ha logrado mejoría en el tratamiento de esta enfermedad.


La frutoterapia indica que comiendo la semilla del marañón y el fruto del coco, entre otras, se mejora la memoria.
Con Mudras (medicina hindú): Practicar el hakini-mudra y el pushan-mudra. (Para mayor información consultar en internet: mudras)
Para terminar, les comento la siguiente fórmula magistral con la que se han logrado excelentes resultados:
Tomar “Immunocal “(por su gran contenido de glutatión) dos sobres al día, como lo dicen las indicaciones del productor.
Aceite de coco puro, tres cucharadas al día.
Aceite Omega 3, una dosis de 1.000 mg al día.
Ginkgo Biloba, una dosis de 120 mg al día.
Practicar ejercicio físico, especialmente la natación en piscina, durante una hora al día y tomar diariamente un poco de sol.
Este artículo es escrito únicamente con fines informativos y no debe tomarse para sustituir ningún tratamiento médico especializado.

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