La minga chocoana
Giovanni Agudelo Mancera
¿Y de nuestros indígenas qué?
¿Como ellos no usan las vías de hecho, no hacen bloqueos ni perturban el orden público entonces no se les debe prestar atención? Para estos interrogantes las respuestas son más que conocidas.
A ningún gobierno central le ha importado el Chocó, incluso a muchos gobernadores y alcaldes de nuestro departamento.
Nuestros indígenas están inmersos en medio de una guerra fratricida entre disidencias de las FARC, EPL, Clan del Golfo y otros grupos narco criminales.
A eso se le suma las inclemencias del clima, inundaciones y demás, que azotan estas comunidades ancestrales.
No pretendemos desde esta tribuna auspiciar marchas no pacíficas o movilizaciones donde se infiltren terroristas, pero si es necesario que el gobierno local, departamental y nacional implementen una mesa de diálogo permanente con los indígenas, escuchen sus necesidades, se les brinde seguridad, se les entregue ayudas para que solucionen sus carencias más urgentes y se les permita trabajar sus tierras, además, que se les respete sus creencias, su historia, su presente y su futuro.
El Chocó no puede estar más olvidado ni más explotado y nuestras comunidades indígenas sí que están en verdadero estado de indefensión.
Y no se trata de crear, (usando una frase de cajón), una ‘Comisión de Notables’ que se desplace a Bogotá y pida cita de inmediato con Iván Duque, para que él a su vez, nombre otra ‘Comisión de Notables’ y se pongan supuestamente ‘los temas sobre la mesa’, la idea es que los indígenas sean representados por personas que interpreten exactamente sus peticiones, incluso, deberían ser delegados de sus propias comunidades.
La presión se debe ejercer mediante el diálogo, no bloqueando la única vía que tenemos de acceso a nuestro departamento, pero siempre con una posición férrea, determinante y digna.
No es pedir limosna, es exigir a Colombia que los indígenas pacíficos, (y valga esa doble connotación de paz y de mar), sean escuchados.
Y estos diálogos no pueden ser infiltrados por fuerzas oscuras y mucho menos por politiqueros, además de indígenas, debe haber académicos que hagan acompañamiento.
No se debe esperar a que más indígenas mueran por causa de una guerra que no es de ellos o que el desplazamiento se vuelva incontrolable, es tiempo de buscar soluciones y no hacer caso omiso al problema.
Todos los indígenas de Colombia son importantes pero los del Chocó también merecen ser escuchados y reivindicados.
Son muchos siglos de explotación, miseria y abuso.