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Editorial

Otro año perdido

En el Chocó perdimos el año 2018. Hemos transitado estos doce meses sin pena ni glo­ria, o, mejor, con pena. La República nos negó hasta un elemental certificado de pertenencia. Los chocoanos tenemos el concepto de que perdimos el año; nos sentimos más empobre­cidos y necesitados.

 

También lo perdieron con nosotros nuestros gobernantes, que no pudieron depararle a sus gentes un pasar medianamente decoroso ni, por supuesto, un cierre de año con alguna dosis de felicidad.

En el 2018 seguimos en la cola de todos los indicado­res: desempleo, analfabe­tismo, peores resultados en Pruebas Saber, mortalidad infantil, pobreza extrema, desempeño fiscal, competi­tividad, etc.

En este último mes que se extingue convidamos a la dirigencia regional y a todos los estamentos de la sociedad, a jugarle limpio al pueblo chocoa­no.

 

No nos digamos mentiras: grande ha sido la irresponsabilidad de los sectores que han de­tentado el poder local. Ni qué hablar de la que corresponde al establecimiento central y a los altos heliotropos de la nación, puestos radi­calmente de espaldas a nuestras necesidades y miserias. El gobierno nacional incumplió el compromiso de asignar este año los 280 mil millones de pesos que se requieren para cul­minar las pavimentaciones hacia Medellín y Pereira, punto firmado en los históricos paros cívicos de 2016 y 2017. Al pueblo chocoano no puede relevarse de culpa. Le ha faltado capaci­dad de análisis, inteligencia, intuición y, sobre todo, lucha. Se nos dirá que son las secuelas de la ignominia.

Si y no. Una tan reiterada laceración despierta por fuerza en el ente social el instinto animal de conservación y preserva­ción. En contraste, nuestro vía crucis centenario revis­te enfermizos caracteres de autogenocidio étnico.

Quienes hemos sido tes­tigos de privilegio de este mal momento nos prepara­mos esperanzados en el des­puntar del nuevo año a se­guir siéndolo hasta nuestra hora final, tenemos un reto, vital: trabajar para conseguir el cambio real de nuestro destino. En nuestro caso, con las herramientas inermes que tenemos en las manos. Informando, denuncian­do, opinando, orientando.

Si. Todos somos perdedores. Lo que no impi­de que Chocó 7 días le agradezca al Chocó en pleno su respaldo, acogida y estímulo.

En contraprestación, prometemos seguir sin desmayos al servicio de ustedes, tratando de ser útiles y de merecer su acogida.

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