El calentamiento global es el aumento de la temperatura del proceso de la media de los océanos y la atmósfera de la tierra, causada por las emisiones masivas que realzan el efecto invernadero. Se originó a partir de una serie de actividades humanas, especialmente la quema de combustibles fósiles y los cambios en el uso del suelo, tales como la deforestación y la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4).

Otra de las causas del calentamiento global es la disminución del hielo del mar Ártico y el derretimiento de los glaciares. Algunos de los efectos del calentamiento global son a largo plazo, aunque otros son irreversibles, ya están causando una gran redistribución geográfica de la biodiversidad, lo que lleva al descenso de la población de muchas especies, modificando y perturbando los ecosistemas en gran escala y en consecuencia generar serios problemas para la producción de alimentos, abastecimiento de agua y la producción de diversos bienes para la humanidad.

Estas consecuencias van maximizándose cada vez en los países desarrollados e industrializados debido a la amplia actividad de fábricas.

Se hace pues inaplazable la acción de los gobiernos regionales, nacionales e internacionales para frenar el vertiginoso avance de los males acaecidos por este fenómeno. La conservación del medio ambiente está ligada a la existencia de los bosques, destruirlos es propiciar el almacenamiento del CO2; el futuro está en los bosques.

La proliferación de plásticos se ha convertido en un problema muy grave a lo largo y ancho del planeta Tierra. Cada vez que compramos cualquier producto obtenemos una bolsa, que normalmente ocupamos una sola vez, pero que tarda cientos de años en descomponerse en la naturaleza, produciendo un gran impacto en la contaminación. De hecho los científicos estiman que al ritmo actual de consumo, en el año 2050 habrá más plástico que peces en los mares. Pese a que en distintos lugares se están buscando soluciones para evitar el abuso de estos materiales, como el cobrar por su utilización, lo cierto es que las medidas no son lo suficientemente ambiciosas.

Las soluciones dependen de la mejoría de la actividad humana, creando hábitos saludables y lo más importante, que lleguen a traspasarse de generación en generación, haciendo que retarden los daños de la capa de ozono (capa que protege a todos los seres vivos de los rayos solares que llegan a incidir de un modo más directo).

Evitar dejar las luces encendidas cuando sales o encenderlas cuando tienes la luz del día para iluminar lo que necesitas. Desenchufar los aparatos eléctricos cuando no los estés usando. No utilizar bandejas de telgopor expandido (usadas para llevar alimentos).

Un grupo de estudiantes en Costa Rica han encontrado un material obtenido a partir de hojas de plátanos, que es cinco veces más resistente que las bolsas de plástico actuales y que se desintegran por sí mismos en un plazo de 18 meses.