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Mototaxismo y empleo en la Ruta Q

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Reinaldo Moreno Mazuera

En el 2006 llegó a Quibdó el mo­totaxismo como una tromba para quedar­se, echar raíces y subvertir el orden establecido.

Fue generado por el ineficiente trans­porte público y la complacencia de las autoridades.

Durante estos doce años han vendido la idea que es solución para el desem­pleo y así se dedican a manejar el escaso presupuesto público en su beneficio y de sus grupos políticos.

Ni las empresas de transporte ni las autoridades visionaron que este fenó­meno traería negativas consecuencias para el municipio y sus habitantes, con­denándolos al atraso y a sufrir conse­cuencias de decisiones mal tomadas. Sólo se recoge lo que se siembra.

La primera consecuencia grave de es­te fenómeno ilegal es el fracaso del transporte colectivo urbano, que no pue­de adquirir vehículos nuevos y eficien­tes. Busca sostenerse con vehículos vie­jos y desvencijados, y con precios bajos, en una larga agonía sin solución alguna.

La segunda consecuencia, más grave que el anterior, es el alto costo en lesio­nes. Se dispararon los índices de acci­dentalidad, generando una ecuación donde cambiamos la salud por empleo informal. Vendieron la estúpida idea que íbamos a progresar porque había más empleo así los hospitales tuvieran más pacientes.

La tercera consecuencia grave fue que oficializó la informalidad, la volvió el deber ser de la sociedad.

En el resto de Colombia se busca la formalización y aquí vamos en sentido contrario, enfrascados en soluciones in­mediatistas, de corto plazo, sin futuro.

Estamos en el peor de los mundos.

El mototaxismo ya no soluciona pro­blemas de empleo a los chocoanos.

De este transporte informal se lucran en su gran mayoría personas de Antio­quia, Risaralda, Quindío y El Valle, quienes prestan el servicio siendo los chocoanos los clientes y los accidenta­dos, solucionando problemas de empleo a departamentos con más ingresos, más alternativas y mucho más desarrollados.

Y a lo anterior se agregan inmigrantes venezolanos que en medio de su crisis, sin documentos, sin licencia de conduc­ción, sin cédula de ciudadanía siquiera, en un número mayor cada día, están prestando el servicio de transporte en mototaxi en Quibdó.

Las autoridades municipales y de po­licía impávidamente se hacen los de la vista gorda como si no fuera con ellos, sacando un lema que dice que “estamos avanzando” y no se ponen a pensar en la mutación de este fenómeno que pasó de ser la solución de empleo de muchos chocoanos a convertirse en la solución nacional e internacional para problemas estructurales de empleo de otros depar­tamentos y de otros países, en detrimen­to de sus coterráneos, de las personas que los eligieron, esperando quizás el agradecimiento de las autoridades de Antioquia, Risaralda, Valle, Quindío y de Nicolás Maduro. ¡Qué tristeza!

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