La rebelión patriótica del 20 de julio de 1810 en Santa Fe de Bogotá actuó como una chispa en el Virreinato de la Nueva Granada (hoy Colombia), donde comerciantes, artesanos, esclavos, indígenas, bogas, peones, religiosos, campesinos y algunos esclavistas estaban hastiados de la opresión del régimen colonial español.

El eco revolucionario llegó el 31 de agosto de 1810 a Citará (Quibdó) y el 27 de septiembre de ese año a Nóvita, donde se crearon juntas revolucionarias.

La Junta de Nóvita estaba integrada así:
Presidente, Miguel Antonio Moreno y Escandón, abogado, administrador y dueño de minas y esclavos, administrador de correos, tenía una biblioteca de más de 300 volúmenes,
Vicepresidente, Francisco Antonio Caicedo de la Llera, de Cali, abogado, juez ordinario y anterior Teniente de Gobernador, administrador y dueño de minas y esclavos.
Vocales: Ignacio de Hurtado, payanés, alcalde de barrio de Nóvita, minero, dueño de una casa de juegos y Vicente Vernaza, Francisco Antonio Terán, de Anserma, teniente de correos y Francisco Ventura Fajardo, de Popayán, cambiador de oros.

 

La mayoría de miembros de esta junta de Nóvita habían tenido contradicciones en 1809 con Juan de Aguirre, gobernador del Chocó, por su desaforada codicia y lo habían denunciado por ser sobrino político del virrey Amar y Borbón.

El déspota gobernador Juan de Aguirre encarceló a algunos de ellos y les quitó los bienes.

Este fue otro de los motivos que impulsaron a muchos esclavistas de Nóvita a participar en la Junta patriótica de su provincia.

Ver Daniel Gutiérrez Ardila. Una provincia contra su gobernador. La pugna de los vecinos de Nóvita contra el capitán Juan de Aguirre (1809-1810)
https://journals.openedition.org/nuevomundo/59707#ftn52