El Chocó de Ayer
De la edición 3078 del periódico ABC (Octubre 26 de 1935)
Entrevista de Julio Abril. El director de Obras Públicas de la Intendencia, Demetrio Valdés Ortiz habla sobre tópicos regionales
El doctor Demetrio Valdés Ortiz, ingeniero de la Intendencia, ha sido otra de las víctimas enfocadas por el repórter, para hablar al público. Sus descripciones sustantivas sobre el porvenir nos han impulsado a llevarlas al periódico.
A nuestra primera pregunta sobre la vía Beté-Solano nos ha contestado:
—En mi sentir, la vía más importante por su estrategia, por su economía y por su factibilidad es la que pretendemos realizar para unir al Atrato con el Pacífico, por el sector de Beté-Solano. En ingeniería, los trazados con sus respectivos presupuestos, son factores esenciales y de un decisivo apoyo para la finalidad que se persigue. Ya tuve la oportunidad de comentar en días pasados algo sobre este tópico y le agrego que el ensanche de la carretera Quibdó-Bolívar no tendrá el brillo y la inmigración que se supone si no se le complementa con esta bellísima salida al mar.
—Podrá orientarnos cómo marchan las labores de la carretera Quibdó-Bolívar ya que hay informes por abandono y desaire de los trabajadores chocoanos.
—Sobre los trabajos que actualmente intensifican en la carretera que usted pregunta puedo manifestarle que a pesar de las dificultades topográficas encontradas en la zona que se atraviesa y lo selvático del terreno que no permite sino el estudio de diversas rutas, el trazado definitivo de la vía entre El Carmen y esta ciudad tiene más de cuarenta kilómetros, pero la comisión de reconocimiento de la cual es jefe el competente ingeniero Joaquín Restrepo, activa su ingreso a esta ciudad. En el trayecto comprendido entre Bolívar y El Carmen, hay más de seiscientos trabajadores en movimiento de tierra y obras de arte.
En cuanto al desaire y rechazo a las trabajadores de nuestra Intendencia creo que no pasarán de minúsculos comentarios de parroquia. Por referencia que yo mismo suministré, están informados los ingenieros de la capacidad manual de loa trabajadores, en mayoría, y tengo la absoluta convicción de que siempre han preferido la ocupación de los nuestros.
Es aventurado, inaudito, y hasta atrevido pensar que pueda haber abandono y desaire para los trabajadores chocoanos. Lo que si no debemos confundir es el rendimiento que da un trabajador por administración y el que se obtiene por sistema de tareas o contratos.
Y aunque mis detractores, mis malquerientes, los elementos subversivos sostengan que yo desacredito a los trabajadores que han ido a trabajar a la carretera hay que aclarar que muchos de ellos no han dado el rendimiento que esperábamos en los contratos o tares en los que el mismo obrero se pone su jornal, porque resultaron desadaptados. Esto lo atribuimos a la poca costumbre de esta clase de labores, ya que la zona de movimiento es de clima frío, sumando la alimentación muy diferente por cierto a la de nuestros obreros.
A raíz de esto usted supo de una manifestación en la cual se hablaba sobre el mismo asunto, pero no estimo redundante la advertencia, que en el supuesto de que se compruebe que nuestros trabajadores no tienen las garantías suficientes y que carecen de las prerrogativas que a otros dispensan, yo sería el primero en pronunciarme de manera descarada contra ese acto de injusticia y de inconsecuencia.
Esperamos la llegada del jefe de los trabajos de la carretera, doctor Ricardo de la Cuesta, cuyo anuncio ha hecho para estos días y entonces hablamos.
—¿Y la Intendencia sostiene por su cuenta algunos brazos en la carretera?
—Como la carretera Bolívar-Quibdó se administra directamente por el Ministerio de Obras Públicas, es a esta entidad a la que corresponde sufragar todos los gastos que se ocasionen. La única intervención que ha tenido el gobierno intendencial ha sido la de buscar colocación para el mayor número de trabajadores chocoanos.
—¿Y de la Sociedad de Obras Públicas, qué nos cuenta?
—Sobre esta pregunta no me es difícil satisfacerlo. Le puedo exponer, que desde el momento en que le imprimimos acción y vitalidad a una campaña que hemos denominado Sociedad de Mejoras Públicas ésta ha enfocado sus actividades a la intensificación de un progreso eficaz para la urbanización de la ciudad, salvando vallas y venciendo tropiezos que degeneran de la apatía desconcertante por parte de las personas autorizadas o hábiles para conocer este asunto. En mi condición de presidente de la ameritada Sociedad y si acaso mi permanencia en Quibdó se prolonga hasta mediados de noviembre siquiera, presentará en asocio de algunos ediles que también forman parte de la sociedad, varios proyectos que creo serán de muchísimo provecho. Ya usted conoce la propaganda tan tenaz como intensa que hemos realizado en beneficio de la cultura y del buen nombre de esta capital. Tenemos actualmente construidos doce tinocos para basuras, bellamente presentados, que muy pronto daremos al servicio y, además, el solo símbolo de la sociedad “Todo por la ciudad” es de suyo suficiente para evidenciar la labor a que nosotros estamos avocados.
—¿Su retiro del Chocó será definitivo o por lo menos prolongado?
—Yo no puedo retirarme definitivamente del Chocó porque en él tengo vínculos afectivos que me lo impedirían. Al venir a esta ciudad a desempeñar la posición de Director de Obras Públicas de la Intendencia, lo hice en atención a la espontánea y obligante invitación del doctor Adán Arriaga Andrade y creo que no he defraudado sus aspiraciones. La divisa alentadora de la facultad en que me eduqué “Trabajo y rectitud” la he tenido presente y ella me secunda para pensar que he cumplido con mi deber.
Gracias doctor. No lo demoramos más. Los rumores de propaganda subversiva se acentúan y tenemos que ir a ese frente como corresponsal de la guerra.
Julio Abril