La planeación y proyección es importante para lograr un desarrollo integral y acorde a las necesidades de los ciudadanos. Que una administración prepare a la ciudad para lo que va a pasar dentro de cinco, diez, veinte o más años habla muy bien de ella y a su alcalde se le puede llamar estadista.

 

En Quibdó en los últimos treinta años han venido pasando eventos de mucha trascendencia, pero las administraciones no se anticiparon a estos, y tampoco los han asumido con la responsabilidad que se merecen para solucionar o por lo menos mitigar sus efectos perjudiciales.

A finales de la década de los noventa la Villa de Asís se convirtió en el mayor receptor porcentualmente a su población de desplazados de la violencia, al punto que, según el DANE, de sus 117.000 habitantes, 85.000 son desplazados, una realidad que desbordó todas las capacidades institucionales, urbanas, sociales y laborales a tal punto que hoy se encuentra sumida en una crisis económica y social.

En el 2006 aparece el rapimotismo, un medio de transporte informal. Y llega a consecuencia del desempleo y la deficiente prestación del transporte público. Este fenómeno, aunado a la moda, necesidad y facilidad de adquirir un vehículo para uso familiar, han generado un caos vial, ya que no se cuenta con la malla vial suficiente para la demanda, además el pésimo estado de las vías no ayuda mucho.

En los últimos veinte años el comercio se ha fortalecido, de tal manera, que hoy es el sector que más empleo directo genera, pero no se ha aprovechado de manera eficiente este auge comercial. Hoy el 90% de los productos consumidos son importados, he aquí una gran oportunidad para hacer del municipio de Quibdó y su área de influencia una región competitiva y generar empleo a partir de los bienes y servicios.

Necesitamos una secretaría de planeación que se dedique a visionar a la capital en un territorio equitativo, sostenible, competitivo e integrado con el país, que diseñe y lidere la planeación territorial, económica, social y ambiental, y la articulación de las políticas públicas en búsqueda del bienestar de todos.

 

La secretaria de planeación debe ser una entidad técnica que produzca conocimiento e incida en la toma de decisiones de las entidades públicas y privadas, esta para nada debe ser politizada.