En forma sencilla se trata de lo siguiente: las empresas que contaminan el medio ambiente, en especial con gases efecto invernadero, , financian organizaciones en otros lugares que se dediquen a conservar los bosques y evitar la deforestación.

Y las empresas contaminantes lo hacen para evadir impuestos, como el impuesto al carbono, y/o para seguir explotando los recursos naturales y como “compensación” al daño realizado, a las emisiones de CO2 y al cambio climático.

En este caso se apoya la conservación de 700.000 hectáreas de bosques naturales. Además de Cocomasur, se conoció que participa el consejo comunitario La Plata, de Bahía Málaga, en Buenaventura.

Los fondos destinados a estos certificados son administrados por una entidad fiduciaria y deben ser invertidos en proyectos productivos y en fortalecimiento comunitario.

Los compromisos de conservación son certificados por organismos internacionales, a través de monitoreos forestales e imágenes satelitales que garantizan la implementación de los proyectos medioambientales.