La Yesca: espejo de un desastre
Franklin Murillo Asprilla
Hasta los años setenta los niños del barrio La Esmeralda y sus alrededores jugaban en las aguas cristalinas y las playas de la quebrada La Yesca.
Allí se realizaban tertulias con cuentos, mitos regionales e historias, como La Calabaza, Juan Sin Miedo, El Leñador, y Tío Tigre.
La Yesca era lugar de encuentros furtivos de parejas, con titilantes luciérnagas, fragancias del galán de noche, árboles de pan coger y muchas aves.
Se utilizaba como lavadero de ropa y se pescaba mojarra, beringos, quícharo, sardina y barbudo.
Pero eso ya es historia.
Hoy es la letrina de la zona que la circunda, un vertedero de aguas servidas, con olores nauseabundos, basuras y escombros, lanzados allí por vecinos ignorantes e irresponsables, bajo la mirada cómplice de la administración municipal y de Codechocó.
Toneladas de basura a diario van a parar al río Atrato, declarado sujeto de derechos por la Corte Constitucional, generando un problema de salud pública y un desastre ambiental.
Con cualquier aguacero los barrios de la parte baja de La Yesca se inundan y sus moradores pierden sus enseres.
A la comunidad le toca vivir con el agua en el cuello hablando de forma literal.
No se dilucida una planeación urbanística armoniosa con los bienes naturales de la localidad, ya que el ejercicio del turismo urbano dinamiza la economía y produce bienestar social, y los entes territoriales abordan un silencio total.
Las intervenciones que la administración municipal ha realizado en La Yesca han sido muy superficiales y no mitigan las situaciones de fondo que perjudican a esta población.
Con las inundaciones y emergencias no aparecen a tiempo los organismos de socorro.
No existen cuando estamos padeciendo estas catástrofe de la naturaleza, a pesar del riesgo de niños, ancianos y somos vulnerables a cualquier hecho lamentable.
La Yesca fue hasta hace medio siglo un positivo ambiental, social y cultural de Quibdó.
Hoy La Yesca es una cloaca insalubre que amenaza la vida de miles de vecinos de sus orillas.