En la noche del pasado domingo se dieron a conocer los resultados de las elecciones legislativas en Colombia, que para el caso del Chocó dejan más sinsabores y dudas que esperanza. De entrada, los guarismos electorales no son nada alentadores puesto que de los 18 chocoanos que aspiraban al Senado de la República ninguno logró acceder a dicha corporación. Es más, el único senador que tenía el Chocó, Luis Évelis Andrade Casamá, naufragó en su intento de sostener la curul por circunscripción especial indígena, con lo cual se pierde un auténtico vocero de las causas étnicas del departamento en el Congreso de la República.
En relación con el Senado, se creyó que los exitosos paros cívicos del año pasado servirían para aglutinar voluntades que condujeran a la obtención de una credencial para uno de los nuestros. De hecho la intención era sana. Sin embargo el individualismo, la vanidad y la ambición de algunos líderes sociales destrozaron el ideal y apagaron el fervor chocoanista surgido después de esas grandes movilizaciones populares. Y como ha pasado en otras ocasiones, el apetito voraz de algunos dirigentes políticos terminó por disgregar la votación e hicieron que una buena parte de esta se fuera a engrosar las arcas de barones electorales de otras regiones del país.
La debacle en las aspiraciones chocoanistas a Senado era de esperarse por las razones señaladas arriba, pero la definición de Cámara de Representantes era una incógnita por la fortaleza política de los actores involucrados en aquella disputa. Finalmente las justas electorales no arrojaron grandes sorpresas, pues el cacicazgo regional se mantuvo incólume.
El hecho novedoso lo constituye la llegada de Astrid Sánchez Montes de Oca a la Cámara, después de una apretada contienda con el actual Representante José Bernardo Flórez Asprilla. Con estos resultados la familia Sánchez logra recuperar el escaño que antes había ocupado Odín, el hermano mayor, y retoma el liderazgo en el partido de La U a nivel departamental.
A pesar de los cuestionamientos y líos jurídicos que empañan su carrera política, Nilton Córdoba Manyoma resultó ser el ganador absoluto de la jornada con más de 23 mil votos que le dan derecho a un asiento en la Cámara de Representantes. La contundencia de su triunfo no deja dudas de la flaqueza del voto de opinión en el Chocó y la supremacía del movimiento cordobista frente a otras colectividades políticas de la región. Al margen del éxito de Córdoba Manyoma, se sabe que el congresista está siendo investigado por su presunta participación en el llamado “cartel de la toga” y en casos de lavado de activos perpetrados durante su administración como alcalde de Medio Baudó. Esto crea el riesgo de que el Chocó se quede con la silla vacía en la Cámara, como ya ocurrió con el ex Representante Carlos Escobar Córdoba.
Sin duda la mejor noticia después de agotados los comicios es la recuperación para el Chocó del escaño en la Cámara por circunscripción especial Afrodescendiente. John Arley Murillo Benítez, natural de Istmina, retorna al Chocó la credencial que por primera vez obtuvieran Zulia Mena y Agustín Valencia en la década de los años 90, cuando se estrenó la circunscripción.
De este modo el Chocó cuenta con tres credenciales de Cámara, que comparado con otros departamentos sigue siendo un número ínfimo en materia de representación congresional.
Sólo nos resta esperar que los elegidos representen dignamente al Chocó, gestionen para la solución a los múltiples problemas de este departamento y legislen en