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Una oportunidad perdida

Luis Alberto Trujillo

En el año 1940, el ingeniero alemán FEDERICO BARTH, quien para la época era el director jefe de la carretera El Carmen de Atrato – Quibdó, propuso un acueducto “por desnivel” del río La Playa, para todo el Atrato y el San Juan.


Sin embargo, pero los políticos de entonces lo rechazaron “por no ser prioridad” ya que se consideraba que con el agua lluvia era suficiente.

 

Hoy que tenemos el famoso Fenómeno del Niño y de la Niña, y tenemos un verano irredento, que solo Dios sabe cuánto tiempo durará; y lo peor y más triste de todo es que hace más de diez días que no viene agua del acueducto. Como dice el dicho “Dios le da pan al que no tiene dientes”. ¿A esto que podríamos contestar?


Esta es una de tantas oportunidades perdidas, que por falta de algo que llaman SENTIDO COMÚN, hemos
dejado ir. ¿Hasta cuándo el olvido, desacierto y la ignorancia atrevida de un futuro que en la materia se vislumbra muy incierto? ¿Seguiríamos así o enderezaríamos el paso?


El día de hoy, gracias a Dios, cayó un aguacerito que refrescó el ambiente, lavó las calles, se llevó los malos olores y se pudo recoger en las casas un poco de agua para suplir las necesidades familiares más apremiantes y urgentes, como son: el agua para cocinar los alimentos, el agua para nuestro aseo personal y de nuestra vivienda, el agua para los sanitarios, etc.


¿Cuándo se volverá a repetir este regalo?


Sigue pues en pie la necesidad de un sistema de servicio de acueducto, urgente y permanente o seguiremos arrastrando el denominador que nos hemos ganado como el pueblo más olvidado de Colombia?


Estamos en la época en que nadie puede acogerse al estribillo de la ignorancia. No podemos seguir jugando a la “ruleta rusa”.


Amigo lector, con la mano sobre el corazón, ¿usted que opina?

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