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Martillando

Marcel Echeverry V.

Dos paros cívi­cos en dos años, dos moviliza­ciones ciudadanas que costaron ham­bre, parálisis co­mercial y educati­va.

Dos paros cívicos que se dirigieron desde la Umach y que, resultante de esto, se fortaleció el Comité Cívico por la Dignidad y la Salvación del Chocó, si bien or­ganizo y propuso las vías de solu­ción a los problemas más graves del departamento, cometió un error de proporciones incalculable: no tomar decisión política en las elec­ciones para el Congreso de la Re­pública.

Producto de la falta de decisión y conociendo nuestro Talón de Aqui­les, que es la casi nula representa­ción en la cámara alta, surgieron como aspirantes al senado de la re­pública, dos chocoanos conocidos: Antonio Andrade y Víctor Copete que, si bien no son políticos de tra­dición, estuvieron liderando y par­ticipando activamente en el paro y tienen una hoja de vida intachable. Los dejaron solos.

No hubo apoyo del comité y sí se pudo observar en la sede de la Umach el apoyo a un senador forá­neo del partido verde, precisamen­te el partido que avaló a los ex miembros del comité.

Algo sin sentido.

Es claro que los partidos políticos son los que avalan y proponen can­didatos, pero con un comité que te­nía las llaves de la ciudadanía y su voto de confianza, dejó al vaivén de los partidos tradicionales la to­ma de decisión de un pueblo que vota por hambre.

Y los partidos tenían sus apues­tas: el Nuevo Chocó, dividido, le apostó a Bernardo Flórez con el ob­jetivo de la gobernación, en cabeza posiblemente de Zulia, y al partido Cambio Radical por compromisos en Bogotá. Perdieron.

Los liberales, pragmáticos, le apostaron a lo seguro: la continui­dad con Nilton y, para capturar los votos de herencia, se llevaron a dos muchachos, los cuales fueron utili­zados para convocar al Clan Cór­doba.

Patrocinio, que viene haciendo política desde su liberación, ya ha­bía hecho el trabajo y fortalecido las bases que siempre lo han acom­pañado, para lograr voltear a su fa­vor las elecciones. Un nuevo “vie­jo” jugador que seguramente, apos­tará por recuperar la alcaldía, esta vez con algún nombre conocido, para no repetir los errores pasados.

¿Qué nos depara el congreso? Nada. Proyectos de ley no habrá pues no tenemos necesidades ya que nuestro departamento es lo más parecido a Suiza o Francia.

Y todo sigue igual. Por ahí me di­jo un amigo: “A este pueblo no lo cambia nadie”.

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