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Editorial

Vigía del Fuerte e interconexiones

Vigía del Fuerte es un municipio que legalmente pertene­ce a Antioquia pero que tiene fuertes lazos con el Chocó por su historia, cultura y perfil económico.

 

En territorio del hoy Vigía del Fuerte se libraron varias ba­tallas decisivas en el proceso revolucionario de la indepen­dencia del régimen colonial español que libraron los cho­coanos de la época.

En Murrí, en febrero de 1816, los patriotas del Chocó de­rrotaron a las fuerzas españolas comandadas por Julián Ba­yer que venían de Cartagena. Tres meses después Bayer re­tornó, los venció, se tomó a Quibdó y fusiló en La Yesquita a Tomás Pérez.

Cuatro años después, el 30 de enero de 1820, se desarrolló en la fortaleza de Murrí la definiti­va batalla por la independencia del Chocó. Cuarenta soldados envia­dos por Simón Bolívar, con res­paldo indígena, derrotaron luego de diez días de refriega a 200 espa­ñoles llegados desde Cartagena, al mando del gobernador chapetón Juan de Aguirre. En territorio del hoy Vigía del Fuerte se selló la victoria final por la independencia del Chocó.

Vigía del Fuerte fue creado como municipio en 1983, se­gregado del territorio de los municipios de Murindó y Urrao. Se considera un pueblo hermano de Bojayá por su ubicación casi al frente de Bellavista, unidos por el río Atrato, y posee también estrechos y variados vínculos con Carmen del Da­rién, Riosucio, Medio Atrato y Quibdó.

Los habitantes de Vigía del Fuerte salieron a protestar des­de el pasado 10 de julio por el abandono estatal y realizan un paro cívico contra el gobierno departamental de Antioquia y el gobierno nacional. Vigía del Fuerte lleva cuatro meses sin energía, desde el año pasado está inhabilitada la pista del “aeropuerto” local, no hay acueducto, ni alcantarillado, y se requieren dragados y defensas contra las inundaciones del Atrato. La principal exigencia es la interconexión eléctrica. Igual que once municipios del Chocó, Vigía del Fuerte está desligada del sistema interconectado nacional y ha padecido obsoletas, anti ecológicas y costosas plantas de combustible fósil.

Llevan décadas los habitantes de Vigía del Fuerte luchan­do para lograr la interconexión eléctrica, solución que per­mite un servicio confiable y continuo. A raíz de los acuerdos del paro cívico del Chocó del año 2000 se logró en el 2005 la interconexión Caucheras-Bajará-Riosucio, de 87 kilóme­tros de extensión. En noviembre de 2006 se inauguró la in­terconexión a Curbaradó desde Casabomba y en agosto de 2008 la interconexión Curbaradó-Murindó, de 32 kilóme­tros.

 

El 13 de octubre del 2007, en la inauguración de Nueva Bellavista, Uribe prometió que en di­ciembre del 2008 estaría lista la inter­conexión Murindó-Vigía del Fuer­te-Nueva Bellavista, de 44 kilóme­tros. Pero todas han sido promesas incumplidas. La interconexión Mu­rindó-Vigía del Fuerte a la vez es la solución para Bojayá, por su cerca­nía. Por eso la lucha del pueblo de Vi­gía del Fuerte por la interconexión con Murindó es la misma de Bojayá por su interconexión.

 

En los últimos paros cívicos de los años 2016 y 2017 tanto el gobierno nacional como el departamental se comprome­tieron a asignar recursos para una Pequeña Central Hi­droeléctrica, PCH, en Bojayá, que podría servir también a Vigía del Fuerte, pero nada se ha cumplido hasta ahora.

 

Y lo mismo puede decirse de los proyectos de interco­nexión eléctrica de Bajo y Alto Baudó, de Nuquí, Juradó, Medio Atrato, de Litoral de San Juan (Malaguita-Docordó), el proyecto El Tigre (Chigorodó)-Unguía-Acandí, de 128 kilómetros. Todos estos municipios siguen postrados y en condiciones degradantes en el tema de energía.

 

Cumple hoy la comunidad de Vigía del Fuerte diez días de protestas en su justo paro cívico. Su lucha es la misma del Chocó. Respaldo y solidaridad total con nuestros hermanos de Vigía del Fuerte.

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