Existen en el Chocó algunos nombres oficiales que nadie utiliza. He aquí tres ejemplos: la cabecera munici­pal del municipio de Bahía Solano se lla­ma oficialmente Ciudad Mutis, pero uno no oye decir “voy para Ciudad Mutis” sino “voy para Bahía Solano”. El aeropuerto de Quibdó fue bautizado como “Alvaro Rey Zúñiga”, sin embar­go casi todo el mundo (incluso la Aero­civil) utiliza el nombre popular El Cara­ño. En Quibdó muy pocos saben que la histórica Carrera Primera se llama Ave­nida Manuel Saturio Valencia.

​

El Grupo Folclórico de Cantos y Dan­zas de la Universidad Nacional de Co­lombia, integrado por chocoanos, fue declarado por unanimidad de un jurado internacional como ganador del Primer Festival Latinoamericano de la Canción Universitaria en Viña del Mar (Chile). Esto ocurrió en 1967.

​

El 15 de octubre de 1916 hubo censu­ra del cine en Quibdó. Habían pasado dos años del asesinato del general Ra­fael Uribe Uribe y, en conmemoración, se iba a exhibir en la capital del Chocó una película sobre la vida y muerte del líder político. El Presidente de ese en­tonces, José Vicente Concha, y su Mi­nistro de Gobierno, Miguel Abadía Méndez, temiendo que el evento pudie­ra originar alteración del orden público, dieron órdenes perentorias prohibiendo la proyección del filme.

​

Colombia cuenta con un malabarista del acordeón: Alfredo Gutiérrez, quien hace exhibiciones tocando este instru­mento con los pies. El Chocó tiene la memoria de un portentoso malabarista del clarinete: el condoteño inmortal An­tero Agualimpia, quien interpretaba pie­zas enteras haciendo sonar este instru­mento con la nariz.