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Malecón, incertidumbre de nuevas obras

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Douglas Cújar Cañadas

Luego de 27 me­ses, desde el inci­dente de la valla de la obra en diciembre de 2016, acompañando acuerdos entre partes, reubicaciones, socia­lizaciones y ejecucio­nes, se entregaron las obras de la etapa 1 del malecón de Quibdó, consistente en 282 metros lineales del proyecto, quedando por resolver la con­tinuidad de las etapas 2 y 3, consistente en terminal de pasajeros y amoblamien­to (Fontur) y ampliación de obras hasta el mercado (Invías).

 

Un camino largo de veinte años ha re­corrido la fundación Beteguma cuando en julio de 1999 emprendimos el sueño de un “Malecón de Boca a Boca”, de la Yesca al Caraño. Poco se ha avanzado en las construcciones aun contando con el diseño, a falta de voluntad y gestión de los gobernantes para alcanzar la meta de ver el borde del Atrato, 1.300 metros, conver­tidos en un parque lineal orgullo de Quib­dó, la “Capital de la biodiversidad”.

Preocupa que hasta la fecha no se ha logrado la reubicación de vendedores estacionarios en una plataforma detrás de la plaza de mercado, asegurar el es­pacio de los transportadores fluviales, dotar el amoblamiento y paisajismo adecuado; y comenzar la renovación del entorno del malecón con usos confor­mes de los inmuebles en un boulevard de servicios turísticos y culturales.

Apelaremos, las veedurías del Comité cívico y de la fundación Beteguma, al cumplimiento del convenio 01677 de 2016 suscrito entre alcaldía e Invías pa­ra procurar los recursos de las siguientes etapas, buscando además, la remodela­ción de la obra vieja hasta el convento y esperando se cumpla la acción popular que obliga al desplazamiento de drago­nes, retiro de cachivacheros y solución espacial a los comedores improvisados del espacio patrimonial; malecón - Ca­tedral.

No obtuvimos la atención notificada a los requerimientos ambientales del pai­sajismo, del arrojo de desechos sólidos al Atrato, de propuestas de administra­ción y protección del malecón. La res­puesta de la alcaldía de encargar un “ge­rente” riñe con nuestro propósito de re­vivir la Sociedad de Mejoras Públicas, una opción ciudadana viable.

El resultado de la etapa 1 del malecón alerta a las veedurías a examinar el pro­cedimiento legal de la corresponsabili­dad del gobernante local en las obras nacionales exigidas por la comunidad que reclama al lograr parcialmente el objeto de las obras, como la carencia de iluminación para la nueva obra, lo que dejará a oscuras el nuevo malecón con las consecuencias previsibles de vanda­lismo y presencia de inescrupulosos.

Igual nos asalta el temor que este es­pacio sufra los embates que recibe la Alameda Reyes, al no disponer de la so­lución final a la reubicación de los ven­dedores, incertidumbre que deberá re­solver las nuevas etapas del malecón.

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