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Editorial

El tinglado de una farsa

El presidente Iván Duque realizó en Quibdó el pasado 3 de noviembre el taller construyendo país. Existía expectativa sobre el aporte de su gobierno a las prin­cipales proyectos que el Chocó ha venido reclamando. Pero nada de ello ocurrió.

No hubo compromiso real del gobierno nacional en la asignación de recursos para cumplir los acuerdos firmados en el gran paro cívico del Chocó del año 2016. No se defi­nió nada sobre los 280 mil millones de pesos para continuar las pavimentaciones a Medellín y Pereira, ni tampoco para la vía al mar Animas-Nuquí, la navegabilidad de los ríos, las interconexiones eléctricas, las pequeñas centrales hidroeléctri­cas, el acueducto por gravedad de Quibdó.

Ni un centavo para proyectos productivos, ni para el hospital de tercer nivel, ni para los dos hospi­tales de segundo nivel, ni para apoyo a la pequeña minería.

El presidente Duque en forma olímpica evadió la respon­sabilidad del gobierno nacional de asignar recursos para materializar los acuerdos firmados con el Chocó. Todo lo esquivó diciendo “no hago promesas en abstracto” y trans­firió la responsabilidad del gobierno nacional hacia el go­bernador y los alcaldes, indicando que las obras básicas del Chocó las deben ejecutar ellos con recursos de regalías.

El alcalde de Quibdó le solicitó su aporte para materiali­zar la vía circunvalar y la central de abastos. Sin embargo, el Presidente Duque hizo mutis por el foro y no consideró en nada la justa petición.

Y tuvo el cinismo de presentar como obras del gobierno nacional el supermercado y el hotel del centro comercial Caraño, cuando se sabe que son dos obras construidas por entidades privadas. Y también mostró como propia la cons­trucción de los escenarios deportivos de Quibdó y el sende­ro ecoturístico entre Capurganá y Sapzurro, dos obras que vienen siendo ejecutadas desde hace dos años. El Presiden­te Duque propagó como gran cosa y como producto del Ta­ller ‘Construyendo País’ las acciones rutinarias de distintas entidades públicas, tales como la campaña contra la mala­ria, un consejo de seguridad, la sustitución de bombillos incandescentes, y cursillos de capacitación sobre liderazgo o negocios verdes.

Lo mismo ocurrió con la convo­catoria de la comisión de segui­miento intersectorial del Chocó, un mandato que ya estaba estipulado en el decreto 749 de 2 de mayo de 2018.

Lo de incluir puntos en el plan nacional de desarrollo no deja de ser otra engañifa. En teoría, el plan nacional de desarrollo es el documento que define propósi­tos, objetivos, estrategias y orientaciones generales de un gobierno. A pesar de que incluye un plan de inversiones pú­blicas, se trata de presupuestos plurianuales de programas nacionales. Los planes de desarrollo en Colombia son poco serios, un colchón de retazos en muchas ocasiones incohe­rentes y contradictorios, que no garantizan la apropiación efectiva de recursos para proyectos específicos.

En resumen, el Taller ‘Construyendo País’ del Presidente Duque en Quibdó fue el tinglado de una farsa, un fracaso, un engaño, una nueva desilusión para el pueblo chocoano.

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