Los voluntariados
Javier Álvarez Viñuela
El peor temor de los empleados municipales de Bahía Solano de libre nombramiento y remoción es que con cada elección de alcalde pierden sus empleos por falta de estabilidad laboral. Los empleos de carrera administrativa quedan, sin embargo, al arbitrio del entrante burgomaestre.
No quisiera escribir sobre este asunto, pero me parece oportuno, tras las odiosas persecuciones que se dan contra quienes no respaldaron al candidato que resultó elegido. Además, porque equivocadamente se dice - y así lo he escuchado- que cada torero torea con su cuadrilla. No sé qué clase de cuadrilla será la que se meten al redondel; tampoco si el torero sabe torear.
Si hubiera aceptado el cargo de Secretario General o de Gobierno que en alguna oportunidad me ofreció un alcalde, seguro que hoy no podría escribir las líneas que hasta la fecha llevo vertidas en este semanario de amplia circulación en el Chocó. Y mi actitud no fue por soberbia o por no querer brindar mi apoyo para el desarrollo, sino porque tenía el criterio inequívoco que los alcaldes no le escuchan ni atienden a nadie, salvo los requerimientos que les hace la justicia.
¿Por qué los empleados que llegan a la nueva administración tratan con desprecio e indiferencia a cualquier ciudadano adverso al “proceso político” que solicite un servicio? No creo en el dicho de que escoba nueva barre bien. Yo digo: ninguna toalla nueva seca bien el cuerpo.
Todo aquello ocurre por la elemental razón de que quienes respaldan la candidatura triunfadora, son quienes están llamados a desempeñarse en los puestos que tiene la alcaldía, al paso que los alcaldes han permitido el irrespeto y manoseo de quienes podrían ser empleados de carrera administrativa para impedirles que gocen de una relativa estabilidad laboral, hasta cuando un legítimo y legal mecanismo de acceso al empleo lo habilite.
Los menos interesados para que esa especie de hostigamiento jamás cese, son los mismos alcaldes, porque necesitan que los empleos los desocupen para cumplirle a quienes se comprometió con un puesto o un contrato, a cambio del voto. Hay familias que a boca llena dicen respaldar a un candidato para que le asegure el puestico a un hijo o pariente, y aunque han sufrido reveses, se conforman con los excedentes que le quedan de los financiadores de campañas.
¿Carrera administrativa? ¿Meritocracia? ¿Concursos abiertos de mérito? ¡Nunca! Burocracia y clientelismo rampante y cada vez más pestilente a la corrupción. La propuesta de promover la carrera administrativa por los aspirantes a la alcaldía de Bahía Solano no se ha escrito en los programas de gobierno.
En la lógica constitucional del derecho al trabajo para que en el municipio de Bahía Solano se de en condiciones de transparencia, méritos y democratización, es apenas una quimera para quienes no pertenecen o hacen parte de la rosca.