Agresión sin pruebas
Mario Serrato Valdés
El embajador de Siria ante las Naciones Unidas les pide a EE.UU, Francia e Inglaterra enseñar las pruebas de la existencia de armas químicas en su país. Los agresores callaron. Durante la sesión de esta mañana el diplomático insistió tres veces en su petición pero el magnánimo Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas consideró innecesario dar respuesta a la pregunta del país bombardeado. Parece ser que la prueba, instrumento base para la toma de decisiones jurídicas o de Estado, es innecesaria cuando se trata de las potencias mundiales.
No me imagino a un premio nobel de medicina asustado con una inyección. Tampoco al premio nobel de economía indeciso cuando le piden que establezca la diferencia entre una cuenta bancaria y un bono de deuda pública.
Nadie imagina al premio nobel de física pasando trabajos mientras desarrolla el tercer caso de factorización del álgebra de Baldor.
Del mismo modo, confirmar que el premio nobel de la paz apoya un bombardeo en la agobiada Siria, me obliga a pensar que Juan Manuel Santos confundió el premio nobel de la paz con un rollo de papel higiénico en un período particularmente intenso de incontinencia fecal”.
Un tanto ingenuos los hermanos Galán al hacer responsable al “innombrable” de lo que les pueda pasar. En este país ese tipo los puede matar varias veces, desaparecerlos o violarlos y nunca responderá. Si no me creen, pregúntenle a la madres de Soacha o a los sobrevivientes de la masacre de El Aro.