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Los índi­ces de desempleo y violencia tienen una relación di­rectamente proporcio­nal: a ma­yor desem­pleo, mayor violenci a . Con esta premisa básica nos acercamos a posibles solucio­nes de la problemática del Chocó.

La Constitución Política de 1991 establece que el departa­mento del Chocó tiene “auto­nomía para la administración de los asuntos seccionales, la planeación, promoción del desarrollo económico y social dentro de su territorio”. Toda esta definición constitucional es pura letra muerta, pues la llamada autonomía es relati­va. Técnicamente el departa­mento está desmembrado, 48 entidades oficiales del orden nacional con asiento en este ente territorial dependen de oficinas de otras regiones del país. Este ejercicio no genera empleo y participación social, al igual que algunas ONGs “humanitarias” de carácter in­ternacional que hasta los cho­feres son foráneos. Recorde­mos el levantamiento de algu­nas poblaciones en los Llanos orientales contra la elitista empresa de Ecopetrol, que no le da oportunidad de trabajo a los nativos.

El Estado debe estimular la creación de empresas y por consiguiente la generación de empleo, todo esto elevado a rango Constitucional.

Próximamente se va a ini­ciar una gran inversión para la construcción del nuevo alcan­tarillado de Quibdó, por un monto de 83 mil millones de pesos; sea esta la oportunidad para que el gobernador, el al­calde y la Cámara de Comer­cio celebren un pacto de res­ponsabilidad social empresa­rial (RSE) con la firma contra­tante para que emplee el ma­yor porcentaje de mano de obra local y todos los materia­les de construcción y ferrete­ría sean comprados a los co­merciantes de la ciudad, y es­tos, organizados en un Dum­ping, garanticen precios na­cionales.

De esta manera, el impacto económico para el municipio mejora ostensiblemente. Por cada empleo que se cree, sa­camos a un posible delincuen­te de la calle.

El próximo domingo 11 vo­temos por candidatos que puedan realizar debates serios y profundos en el parlamento que permitan denunciar esta tremenda exclusión social contra los humildes habitantes del Chocó.

El desempleo y la violencia

Carlos William Cuesta Valencia
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