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Las ma­las de­c i s i o n e s po lí t icas terminan perjudican­do la vida económica y social de toda la co­m u n i d a d chocoana.

Hace exactamente ocho años, utilizando la técnica de la prospectiva, escribimos un artículo titulado “El voto lim­pio”.

 

En dicho escrito instamos a los votantes liberales a no su­fragar por el ingeniero Carlos Escobar Córdoba, pues seria exponerlo a una captura inme­diata por parte de la Corte Su­prema de Justicia, por estar mencionado al igual que los otros políticos chocoanos en el proceso Nº 31.653.

 

Nos anticipamos a los he­chos que desafortunadamente ocurrieron.

 

Con la candidatura del Re­presentante Nilton Córdoba Manyoma se está retando a la Corte Suprema de Justicia a que actúe con mayor celeri­dad, máxime que su caso ha sido extremadamente publici­tado por todos los medios de comunicación existentes en el país.

 

En los últimos tiempos la justicia espectáculo está sien­do salpicada por cierto aire de notoriedad y grandeza lo que hace más delicada la situación para el representante mencio­nado. El ex magistrado Ri­caurte aseveró en una entre­vista de que el siglo XXI era “el siglo de los jueces”.

 

Una medida de asegura­miento complica la participa­ción política de la lista a la Cá­mara de Representante del Partido Liberal y, de contera, se lleva a otros importantes profesionales de la subregión del San Juan, comprometidos en el famoso pacto de Istmina, por la complicidad penal que el caso amerita.

 

Nuestra preocupación por esta ola de escándalos es la re­ferida a la pésima imagen ins­titucional del departamento del Chocó, habida cuenta que las agencias calificadoras de riesgos se alimentan de todos estos acontecimientos para bajar la calificación y nos co­locan en difíciles condiciones para que los inversionistas y la banca multilateral inviertan en este departamento por el efec­to de la corrupción,

 

La prudencia hace hombres y mujeres sabios.

El voto limpio

Carlos William Cuesta Valencia
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