El Chocó de Ayer
De la edición 3032 del periódico ABC (Julio 22 de 1935)
El secretario de hacienda, Dionisio Echeverry Ferrer, sitúa en su punto la verdad sobre la proyectada negociación del barco para la costa del Pacífico
Reta a los que propalan especies calumniosas, a que prescindan del anonimato y concreten actos delictuosos.
Deseosos de aclarar una información tendenciosa, cuyos comentarios por los vagos pudieran prestarse a interpretaciones erróneas y malévolas, interrogamos ayer tarde al señor secretario de hacienda de la intendencia sobre algunos asuntos, que trasladamos a nuestros lectores.
¿Qué información puede suministrarnos, doctor Echeverry, sobre la efectividad de la compra del motovelero que usted fue a negociar, por cuenta del gobierno nacional, para la costa del Pacífico chocoano?
—Puede usted informar a los lectores de su importante periódico que dicha negociación aún no se ha efectuado, pues el barco que en concepto del teniente Fallón, distinguido oficial de la marina colombiana, y del señor cónsul de Colombia en Panamá como en concepto mío, podría prestar mejor garantía para el uso al cual se le va a destinar, es el ‘Pasajeros’, cuyo actual dueño se niega a venderlo. Por el exigía un desembolso de U $14.000,00, y así se lo comunicamos al señor Ministro de Industrias, con la advertencia de que aún cuando el barco era inmejorable, su precio nos parecía alto.
Ya he tenido conocimiento de que personas de autoridad moral dudosa se han dado a la tarea de hacer circular la versión de que el gobierno nacional adquirió el buque para la costa del Pacífico chocoano, adquisición, según esas personas, desastrosa por tratarse de un barco viejo y haber obtenido el intermediario entre el gobierno y el vendedor una utilidad $ 10.000.00, pues, había costado U.S. 6.030.00. Usted comprende que no habiéndose verificado tal operación de compra, todo lo demás resulta una calumnia de la más baja ley.
Quiero aprovechar esta ocasión que se me presenta para hacer saber a los enemigos gratuitos del actual gobierno seccional, que los reto a dar a la publicidad cualquier acto delictuoso e inmoral que, según ellos, se nos pueda imputar. Pero que no olviden respaldar sus informaciones con la firma precisa, procurando desprenderse del anonimato con que han vivido escudados.
¿Podría informarnos cuál fue el objeto, del viaje del doctor Arriaga a la vecina república de Panamá?
—Como se lo informé ya, el doctor Adán Arriaga fue a desempeñar una comisión especial, de parte del doctor Alfonso López Pumarejo. El doctor Arriaga a quien esperamos por el avión del próximo miércoles 31 dará a usted una información completa sobre las labores ejecutadas por él en su gira.
¿Qué nos informa acerca de posibles cambios en el actual personal del tren de empleados intendenciales?
—Me causa extrañeza su pregunta. Pero no. Recordando la conversación que hemos tenido referente a la conducta de algunos empleados, que en concepto de muchas personas han sido abiertamente desleales al gobierno, la encuentro justificada realmente. Estoy extrañado de que esos sujetos no hayan presentado su renuncia. Si no están de acuerdo con nuestros procedimientos gubernamentales, lo ideal hubiese sido renunciar a tiempo y no forzar al gobierno a que les de una lección más de decoro personal.
Antes de despedirnos del doctor Echeverry, nos invitó a enterarnos de toda la correspondencia cruzada entre el despacho de la secretaría de hacienda y el Ministerio de Industrias y hemos llegado al convencimiento de que no sólo todo está respaldado por la más estricta legalidad, sino también por el total patriotismo.
El acueducto de Quibdó
En la edición del sábado, y en la de hoy, hemos insertado el plegado de cargos por el cual se llama a licitación para construir el acueducto de Quibdó, obra de carácter urgente, que habrá de ser realidad en breve tiempo, si persisten las buenas intenciones de la nación, de la intendencia y del municipio.
Los estudios completos verificados, cuando gobernaba el Chocó el doctor Jorge Valencia Lozano, por el ingeniero Luis Felipe Valencia, y que recibieron la aprobación de las autoridades en la ocasión que se revisaron en Bogotá, ha servido de base para que el personero, señor Rodolfo Ortiz, en acuerdo con la junta del acueducto, elaboró el pliego a que nos hemos referido arriba, y que deberá ser considerado por los posibles contratistas.
En estos particulares nos hemos permitido interesar a algunos parlamentarios amigos para que al discutirse el proyecto de honores a César Conto se incorpore una suma apreciable para construir el acueducto, y estamos seguros de que tal medida no encontrará la menor resistencia de parte alguna, porque se trata, no sólo del homenaje al esclarecido ciudadano chocoano, sino de una obra que está también en la mente del gobierno nacional, como lo comprueba el hecho de que en el proyecto de inversiones para 1936, el gobierno incorpora una partida global de $100.000 para los dos acueductos en Quibdó e Istmina.
Es verdad que la intendencia dispuso la partida que había anunciado con un auxilio para la obra este año, pero no es menos cierto que en el citado acuerdo se dispuso que esa partida así como las demás que hubo necesidad de tomar para gastos urgentes, será restablecida tan pronto se haga la nueva liquidación del ingreso que cada día es más creciente.
Creemos nosotros, y seguramente toda la ciudadanía, que el concejo municipal debe hacer un esfuerzo máximo y prescindir de la dispersión de fondos en distintas obras que no sean urgentes, como sí lo son el acueducto y el alcantarillado.
El tema de la ciudad debe ser hoy: agua, agua pura, para todos los servicios, y quien no trabaje en ese sentido, señalado está de ser enemigo de la patria de Conto y de la higiene.