Colombia es un país que mueve más del 90% del comercio internacional a través del transporte marítimo, desde los puertos de Buenaventura y Tumaco en el Pacífico, y Cartagena, Barranquilla y Santa Marta en el Caribe.
El puerto de Buenaventura es el más importante del país. Estos puertos, según estudios de Carlos de Greiff Moreno, ingeniero mecánico y experto en infraestructura portuaria, no son competitivos frente a las nuevas tendencias del comercio mundial.
Ante esta crítica situación portuaria, el gobierno nacional debe asumir una posición seria frente a la terminación de la vía al mar Ánimas-Nuquí y desde luego, la construcción del puerto de aguas profundas en Tribugá.
La construcción de este puerto es una oportunidad única que Colombia no debe desaprovechar, para que goce de las ventajas competitivas y comparativas, para el tráfico de buques porta contenedores de gran tonelaje y calado, sin requerir de dragado.
Resulta paradójico e inexplicable que el gobierno del presidente Santos, al inicio de su mandato, haya liquidado el contrato de la construcción de la vía al mar Ánimas-Nuquí, y ahora la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, haya negado la licencia de concesión portuaria del Puerto de Tribugá. Negando de plano la posibilidad de desarrollo para el departamento del Choco.
Es lamentable que ante estas dos infortunadas decisiones del gobierno Santos, ni el gobierno departamental, ni nuestros congresistas hayan protestado.
El Chocó no puede seguir condenado al atraso por falta de voluntad política y administrativa del gobierno central. El desarrollo del Chocó está por el Pacífico.
Si no logramos la salida al Pacífico y la construcción del puerto de Tribugá es imposible desarrollar el Chocó. Los países que hoy son potencias mundiales, planificaron su desarrollo.
Construyeron sus vías de acceso a los mares y sus puertos marítimos para la expansión de la producción y el comercio.
Los pueblos se desarrollan a través de sus recursos endógenos, la producción, la infraestructura, la industria y el comercio.
Los beneficios derivados de la vía al mar y el puerto de Tribugá no solo estarían asociados a su condición de terminal alterno para trasferencia de cargas a otros puertos de menor capacidad en Sudamérica, sino que también reflejaría su incidencia en la expansión del comercio internacional y el desarrollo económico del país.
Los flujos de mercancías desde Tribugá hacia el interior de país y viceversa, reducirían la distancia entre los centros de producción y consumo.
El Chocó, por su ubicación geopolítica, estratégica para el comercio con Asia y Norteamérica, sería atractivo para los inversionistas nacionales y extranjeros, por la facilidad para importar las materias primas, producir sus productos, comercializarlos al exterior y al interior del país.
El Chocó tendría la posibilidad de controlar desde sus territorios el comercio multilateral del país, con las naciones del Pacífico y del Atlántico que ingrese por el Canal de Panamá.
Nuquí podría llegar a convertirse en la primera ciudad industrial y portuaria de Colombia sobre el Pacífico, por cuanto allí se crearían centros de producción, comercialización y exportación de productos, bienes y servicios.