Ya finalizado el barullo de las fiestas patronales, lo que queda es el insípido sabor de lo mismo. Esta es una sensación que durante mucho tiempo estamos esperando se convierta en un delicioso y agradable sentimiento, tanto para propios como para los pocos visitantes que a esta tierra se movilizan buscando nuevas motivaciones. Pero no pasa nada con la organización de las festividades que cuando deberían ser un verdadero espacio cultural, constructivo, vitrina turística y generador de ingresos para contribuir con el fortalecimiento de las mismas; poco a poco se va diluyendo ese anhelo y la posibilidad de verlo crecer.
No se entiende por qué y para qué durante tres años consecutivos se trajeron delegaciones del Brasil, Barranquilla y Pasto a socializar las exitosas experiencias de sus respectivos festivales, pues se sobreentiende que algo así se hace buscando mejorar, replicar o tomar patrones referenciales, pero hasta la fecha nada de nada.
Se supone que no supieron qué hacer con los resultados de dicha experiencia, pues al parecer fue solo perdedera de tiempo y de recursos económicos que pudieron utilizarlos en otros menesteres de la celebración.
Por todos estos detalles, el clamor de muchos, si no de la mayoría de los habitantes de esta Villa de Asís es que ya es justo que la junta actual en pleno de un paso al costado y le den cabida a personas creativas que tengan relaciones, compromiso y le apunten al cambio positivo de la única manifestación popular que poseen los quibdoseños.
Consideramos que con los recursos que ingresan a la fundación, tanto los barrios como las entidades participantes deberían recibir una buena colaboración que les permitiera una mejor participación, pues se ha podido observar que cada vez son menos las entidades que hacen parte del desfile de apertura y que igualmente ha rebajado la calidad y el número de comparsas barriales.
Además, con dichos recursos se podrían adicionar a la celebración otros atractivos que las conviertan en un espacio formativo para que todo no sea solo trago y rumba, lo mismo que propender por la construcción progresiva de la infraestructura necesaria que requieren este tipo de celebraciones, lo que permitiría brindar oportunidades laborales a la juventud en condición de vulnerabilidad y a otros tantos quibdoseños, para siquiera temporalmente ayudar a aliviar el alto índice de desempleo en la ciudad.
Hemos visto como las distintas disciplinas artísticas del sector cultural que durante todo el año sacan la cara por el departamento y las instituciones locales no tienen el reconocimiento y menos la oportunidad de ocupar un lugar en esta organización, antes por el contrario han sido discriminadas y relegadas al olvido. Es por todo esto y con el ánimo de contribuir al mejoramiento de nuestras festividades, que la Mesa Regional del Arte, Cultura y Patrimonio del Chocó estará dispuesta el próximo año a ocupar el sitial a que tiene derecho en la junta franciscana.