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El camino de Ita

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Jorge Alonso Toro Moreno

Qué gratificante sería para los chocoanos, especial­mente para los habi­tantes de la provincia del San Juan, que por fín pudiéramos reco­rrer, completamente terminada la carretera Cartago-Nóvita. Este es un viejo anhelo. Y como casi todo en el Chocó, no ha pasado de ser un sueño sin importancia, matado por el olvido. La carretera Cartago-Nóvita, es uno de los proyectos viales más antiguos del país, todavía sin culminar. Fue la primera vía a la cual se le dio importancia después del mandato constitucional de 1886, al decir de Eduardo Lora en su obra Aper­tura y Modernización, las Reformas del 90.

En la época prehispánica, los indíge­nas construyeron unos caminos princi­pales llamados caminos reales. Esta es una vía natural que comunica al río San Juan con el valle del río Cauca, traspa­sando la serranía de los Paraguas.

Fue el mismo camino que utilizaron los españoles para penetrar al Chocó desde la provincia de Robledo (Carta­go), para establecerse en el lado opuesto de la cordillera occidental en el pie de monte del cerro del Torrá, inexpugna­ble, lleno de embrujo y misterio, en don­de nació la ciudad de Toro, a la que la bravura de los nativos noanamáes e in­garáes, hizo que capitulara y renaciera en el Valle del Cauca.

Es el Camino de Ita, por donde co­merciaban los indígenas de Yarrama, los de la Llanada y Tuturrupí. El mismo ca­mino que recorrieron los esclavizados mineros desde el Cauca a las minas de oro del Chocó y por donde se moviliza­ron recuas de mulas con mercancías, cruzando las lomas de los Galápagos.

Por allí también entraron y salieron las chusmas liberales y conservadoras a sembrar el pánico. También el ganado en su mayoría robado en el Valle del Cauca, para alimentar a la gente de la Compañía Minera Chocó Pacífico.

Ahora, cuando el pueblo chocoano clama por tener vías dignas de un ser humano que vive en el siglo XXI, una vía natural como ésta, que no solo la his­toria determina, sino la geografía, mu­nicipios como San José del Palmar si­guen aislados de su departamento, por­que la pobreza mental y espiritual de los chocoanos no ha sido capaz de construir 26 Kms. que separan a Nóvita de Cu­rundó, que es el punto hasta donde papá gobierno nos dejó la carretera, hace más de 35 años.

Esta es una carretera de responsabili­dad del Departamento; ya la nación contruyó lo mas difícil, por lo agreste y rocoso, además del tramo más largo (87 kms). Los kilómetros que faltan van bordeando la margen izquierda de los ríos Tamaná e Ingará, por lomeríos sua­ves, firmes y con buen material para obras de arte y afirmado.

Hace varios años un grupo de soñado­res constituimos un comité por la termi­nación de la carretera Cartago-Nóvita y vale decir que la UTCH y Codechocó, ofrecieron su concurso, pero ninguno de los alcaldes cumplió los compromisos acordados.

Ojalá los vientos que soplan después de los paros cívicos de 2016 y 2017, sean tan fuertes que levanten el polvo del olvido, para que este sueño de varias generaciones sea reivindicado.

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