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Editorial

La OCDE y el Chocó

Quien quiera desentrañar las causas de los fenómenos su dinámica y su derrotero debe trascender el parro­quialismo y analizar las interrelaciones de lo regio­nal con lo nacional, y la concatenación de lo nacional con lo internacional.

No entenderá nada del Chocó quien solo mire lo que ocu­rre internamente. Siempre se equivocará quien solo se inte­rese por lo que ocurre hasta La Mansa o hasta Guarato.

En realidad el desenvolvimiento interno del Chocó, y de cualquier otro departamento, depende de lo nacional y lo in­ternacional.

Lo anterior cobra mayor vigencia a raíz de la adhesión de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE.

El pasado 30 de mayo el Presi­dente Juan Manuel Santos firmó en París la entrada de Colombia a la OCDE como miembro número 37.

¿Y este hecho cómo incide en el Chocó? Con el ingreso a la OC­DE el gobierno de Colombia que­da obligado a cumplir una serie de “recomendaciones”, la mayoría de ellas con terrible impacto en la situación social.

Una de ellas es reducir los impuestos y controles a bancos y empresas extranjeras y aumentarlos al pueblo. El incre­mento del IVA del 16% al 19% fue un prerrequisito para la aceptación en la OCDE y ahora se prepara otra reforma tri­butaria que aumentará la pobreza.

Otra “recomendación” es acabar con el salario mínimo nacional y establecer el salario mínimo diferenciado por re­gión, de acuerdo al Producto Interno Bruto, PIB, per cápita de cada departamento o a su “productividad”.

Todo ello porque los funcionarios de la OCDE han dicho que “el salario mínimo en Colombia es muy alto”.

Esto sería fatal para el Chocó. El PIB per cápita de un de­partamento es el resultado de dividir el valor total de su pro­ducción de bienes y servicios durante cierto tiempo, por el número de su población.

En términos de PIB per cápita, las estadísticas oficiales indican que el Chocó permanece desde 1975 hasta hoy en la última posición del escalafón nacional. El PIB per cápita del Chocó apenas llega a la tercera parte del promedio na­cional.

¡O sea que el gobierno nacional al adherir a la OCDE se comprometió nada más y nada menos que a establecer un salario mínimo en el Chocó que será solo la tercera parte del salario mínimo de Bogotá o de Antioquia!

Como el salario mínimo nacional actual está en 781.242 pesos, si se aplica la orden de la OCDE en el Chocó se tendría un salario mínimo equivalente a la tercera parte del na­cional, o sea unos 260.414 pesos.

Esto implicaría aumentar la brecha entre las regiones, perpetuar la dife­renciación, la desigualdad, la injusti­cia, la discriminación y el rezago de las regiones más pobres,.

“El salario mínimo tiene una función distributiva y de me­jorar el ingreso, pero si se diferencia por regiones, aumenta la brecha entre ciudades ricas y pobres. Los pobres van a te­ner salarios de pobres y por ello van a seguir siéndolo y eso no tiene sentido”, dice Jorge Iván González, director del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional.

No hay que olvidar que en el Chocó el costo de los com­bustibles y de la canasta familiar es altísimo, lo mismo que los índices de necesidades básicas insatisfechas.

Otros mandatos de la OCDE son igualmente nocivos: re­forma pensional que incluya subir la edad de jubilación, mo­dificaciones a las patentes que podrían terminar afectando el acceso a medicamentos genéricos.

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