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La situación agraria y del desarrollo rural en el Chocó

Albeiro Moya Mena

Los estudios más nuevos sobre la si­tuación agraria en el Chocó muestran que, por increíble que parezca, es muy difícil hoy día hacer afirmaciones categó­ricas sobre la realidad que vive este importan­te sector económico.

No hay información suficiente para decir cuál es la dimensión exacta en tér­minos de hectáreas del área sembrada en agricultura o las tierras dedicadas a otras actividades. Los aspectos de tipo político, ambiental, económico y social no están documentados. No es clara la dinámica del campo, que permita saber el estado de la situación agraria y de de­sarrollo rural en el Chocó.

Pero las múltiples problemáticas y factores del tema agrario en el Chocó giran en torno a varios elementos y pro­cesos complejos e interrelacionados: ausencia estatal; conflictos por el uso del territorio; despojo y abandono de la tierra, violencia e ilegalidad; uso de la misma como instrumento de guerra; al­ta informalidad en cuanto a la tenencia de la tierra; cultivos ilícitos; interven­ción de actores en zonas protegidas y de reserva forestal; vulneración de territo­rios de comunidades negras e indígenas a través de varias formas.

La relación existente entre otros fac­tores: recursos medioambientales, polí­ticas públicas implementadas, posición geoestratégica del territorio, relaciones de poder entre los actores que tienen presencia en el departamento, caracte­rísticas socio-demográficas y dinámicas del conflicto armado.

El Chocó afronta un desafío muy grande, no resuelto desde las políticas públicas del Estado. El Estado tiene una deuda histórica con los pobladores más empobrecidos del campo en el Chocó. Pero, más allá de saldar estas y otras deudas históricas, el actual proceso de paz le debe generar al Estado el reto de cuestionarse sobre la necesidad de cons­truir un modelo de política agraria y de desarrollo rural más acorde a necesida­des territoriales y sobre la cual se funde una paz con justicia social estable y du­radera.

Por consiguiente, para lograr un desa­rrollo agrario, este debe hacer: adecuado ordenamiento del territorio y definición de los usos del suelo de acuerdo a su vo­cación y dotación de tierras e infraes­tructura, bosques, aguas, acuicultura, pesca, investigación, generación y trans­ferencia de tecnología; financiación y desarrollo empresarial rural; fomento agroindustrial y de comercialización.

Garantías de soberanía sobre el terri­torio e impedir concesiones en condi­ciones injustas e ilegales, desarrollo o adecuación autónoma de tecnologías a nivel regional que garanticen la no des­aparición de semillas y especies propias de las comunidades.

Información y capacitación a la pobla­ción rural con contenidos y metodologías que orienten el desarrollo de las culturas propias y amplíen el conocimiento de la naturaleza, su aprovechamiento y manejo productivo sustentable.

Respeto a la autonomía organizativa de la población rural y a sus prácticas tradicionales de producción.

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