El Chocó de Ayer
De la edición 3056 del periódico ABC (Septiembre 12 de 1935)
La política eleccionaria
Las actividades eleccionarias vienen adelantándose en forma concreta, por parte del comité liberal del municipio, y a puerta abierta por un grupo de ciudadanos liberales, sin apelativos antidemocráticos, que se empeñan en que el concejo próximo, como lo quiera la Dirección Nacional y cómo lo exige la categoría de Quibdó, esté integrado por personal apto, competente, independiente, y resuelto a hacer política liberal en apoyo el gobierno liberal, sin atender a los asuntos personales que entra a una acción saludable.
Nosotros creemos que la dificultad que se pudiera presentar en la escogencia del legítimo vocero del pueblo, es fácilmente obviable.
Ningún elemento de raza negra puede considerar que no estaría representado por la persona del señor Diego Luis Córdoba, quien une a su lucidez mental, y a su preparación, su carisma personal, de hombre verdaderamente educado, que considera que no es atacado sino de sujetos vulgares. En ese caso, dentro de la lista que se acuerde, el partido liberal puede y debe incorporar el nombre del doctor Córdoba, como un representante genuino del pueblo, no por sus ideas, que dicen no comulgan, sino por ser sangre de su sangre y hueso de sus huesos, como un vocero de sus aspiraciones, de unas supuestas reivindicaciones de derechos no arrebatados, ni de prorrogativas no burladas. El doctor Córdoba, por su dialéctica y experiencia, vale por cien concejeros del pueblo. Nosotros no pedimos siquiera la constitución de un concejo integrado por elementos de raza blanca, aunque bien sabemos que en ellos hay material suficiente para formar un cabildo digno de presentarse en cualquier parte. Aspiramos solamente a que el que se vaya a elegir, quede constituido por personas competentes, educadas, con firmezas liberales, adictas al gobierno, porque el gobierno es liberal. Si la dirección del partido considera que es un supremo error, en los actuales momentos, crear corporaciones municipales desafectas a los gobernantes seccionales, y más cuando ese desafecto no procede de razones justificadas, sino de antipatía personal porque el presupuesto no alcanzó para satisfacer todas las aspiraciones. Porque hay que decirlo con franqueza: en el Chocó no hay oposiciones que se basen en otra cosa distinta de resquemores por intereses privados, porque el gobernante no tuvo a mano la manera de complacer a todos los peticionarios, y es doloroso reconocer que hemos llegado a tales grados de indolencia, que creemos que fuera de los empleos públicos no hay salvación.
Pero si el comité liberal se empeña en lanzar una plancha de sabor oposicionista al intendente, encabezándola con el líder socialista Diego Luis Córdoba, e integrándola con elementos que se dicen liberales, pero que no vacilan en seguir a pié juntillas, sin discusión, porque respecto de él no hay libre examen, sino incondicionalidad a la política del doctor Córdoba, caracterizada por cerrado oposicionismo al presidente de la República, al parlamento liberal, a los dirigentes liberales, al intendente y al liberalismo, que con más constantes arremetidas, es un deber de ese directorio liberal municipal lanzar al programa de acción y decir los fundamentos de su actitud de rebeldía contra los mandatos de la dirección nacional.
Nos dicen que se aspira a que los corregimientos estén representados en el cabildo. Pero nosotros no entendemos jamás eso como una manera de desvirtuar una región independiente. Lo que se quiere es llevar al Cabildo elementos incondicionales, que no sumisos. Nosotros por nuestro lado, creemos que el Cabildo debe tener al doctor Córdoba, pero deben llevarse también elementos con quienes él pueda discutir, que tengan el valor de entablarle controversia decente, como las entablaría él, alrededor de los problemas municipales, que hay que desligarlos ya de los problemas simplemente personales.
Médicos, abogados, ingenieros, gentes todas capacitadas: he allí lo que exige Quibdó. Y sería una injusticia que al contribuyente de la capital, que es el verdadero contribuyente, se le arrebatarán sus derechos por cederlos a corregimientos que no aportan al tesoro municipal ni siquiera un millar de pesos por año. Si Neguá, y Paimadó, por ejemplo, consignan quinientos pesos a cada año, tendrán hasta dos puestos en la lista. ¿Cuántos deberán concederse a Quibdó, la ciudad capital, que entrega más de cincuenta mil pesos?
Y si esos representantes fueran genuinos, se podrían aceptar. Desgraciadamente se les escogen de elementos que ni siquiera conocen el corregimiento que van a representar. Este sistema antidemocrático es lo peor que se ha podido inventar para lograr la satisfacción de ciertas aspiraciones.
Se ha esgrimido por ahí un argumento; que del concejo sale cierto sector, un puesto más importante que provee la municipal es de Tesorero – va a salir de las manos en que ahora está sería un error contra el cual nosotros nos rebelaríamos, porque Neftalí Murillo en la tesorería municipal es una garantía para todos por su honorabilidad, y por su competencia que le tienen asegurada la reelección. O que debe tenerla, si el concejo queda en manos de elementos de su raza, o si llega a las de una corporación integrada por otros ciudadanos.
De manera, pues, que el conflicto no es grande. Nos parece fácilmente superable con voluntad y fervor liberal.
Nuevamente se recuerda a los suscriptores de energía y alumbrado eléctrico
Que los pagos por este servicio deben efectuarse en la Administración General del Tesorero, en los cinco primeros días de cada mes.
Si pasado este plazo no se ha efectuado el pago, la cuota correspondiente será recargada con un 10 por 100 de su valor. Si pasado el 10 del mes no hubiere consignado la cuota o cuotas y el recargo del 10 por 100, se suspenderá el servicio y no se podrá restablecer sino mediante el pago de la cuota, con el 10 por 100 de recargo, más $1,00 por la reconexión.