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Ricardo Echeverry Vargas,
un periodista satírico y mordaz

José E. Mosquera Berrío

La educación y el periodismo cho­coano están de luto con la muerte del amigo y colega Ri­cardo Elías Echeve­rry Vargas, un desta­cado profesor, perio­dista y humanista. Fue un caricaturista mordaz y un agudo comentarista del acontecer chocoano.

Profundamente versátil que con su es­tilo satírico le imprimió a sus comenta­rios radiales en su tradicional programa en la emisora Ecos del Atrato, Cara y Sello, un estilo sin antecedentes en la ra­dio chocoana.

La sátira fue su arma predilecta en el campo del periodismo radial y en la prensa escrita. Fue un caricaturista mor­daz y como columnista fue un agudo analista de los problemas regionales.

Con su hermano Pedro Echeverry Vargas, más conocido como Pedrín, también fallecido, se destacaron como periodistas sobresalientes. Ambos con una chispa de humor que marcaron di­ferencias y por sus originales estilos en la sátira y el humor.

Facetas que los convirtió en referen­tes en la prensa chocoana en las últimas décadas del siglo XX y parte del siglo XXI.

Las caricaturas de Ricardo, publica­das en Presente y en Chocó 7 días fue­ron siempre expresiones críticas sobre los grandes personajes de la política chocoana y los problemas comarcanos.

Su hermano Pedro se destacó como publicista y comentarista radial, satírico y también mordaz, donde marcó un es­tilo y una impronta propia. Fueron hijos del ex representante a la Cámara, ex se­nador y ex magistrado, Ricardo Echeve­rry Ferrer, uno de los líderes políticos más importantes chocoanos de la gene­ración que surgió en los años 30 del si­glo XX durante la República Liberal.

Ricardo, junto con su hermano Dioni­sio Echeverry Ferrer, ex representante a la Cámara y ex Intendente del Chocó, provenían de dos destacadas familias chocoanas.

Por los Echeverry de origen español y de Riosucio y por los Ferrer de Quibdó. Ambos liberales, Ricardo seguidor de los ex presidentes líderes de la derecha liberal, Enrique Olaya Herrera y de Eduardo Santos Montejo. Mientras que Dionisio fue seguidor de la izquierda li­beral del ex presidente Alfonso López Pumarejo.

En el plano regional, Ricardo fue se­guidor de Diego Luis Córdoba y Dioni­sio de Adán Arriaga Andrade, durante su administración intendencial se cons­truyó el acueducto de Quibdó, cuya obra simbolizan los dos tanques que adornan la panorámica de la ciudad. Con la muerte de Ricardo se cierra un capítulo de los dos hijos de uno de los hombres más importante del Chocó en el siglo XX.

En el más allá con Carlos Díaz Ca­rrasco ( Mono), su tocayo Ricardo Aran­go Mosquera, Emil Naulfal, Falconery Ruiz Cano, Eugenio Perea, bajo la mira burlona del padre Efraín Gaitán, están sentados en el reino de las constelacio­nes de la eternidad.

A todos que me guarden mi silla en la tertulia.

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