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El Chocó de Ayer

De la edición 3030 del periódico ABC (Julio 18 de 1935)

Desastre en Lloró

En la madrugada de ayer una espantosa avenida simultánea de los ríos Atra­to y Andágueda inundó el barrio Atrato de la población de Lloró.

El nivel de las aguas alcanzó una altura de cuatro metros sobre el ordinario. Mercaderías mojadas. Un incendio. Dos casas arrastradas por la corriente. No hubo desgracias personales. Completos detalles.

La avenida del río Atrato, que se advirtió ayer en Quibdó, y que fue dema­siado rápida, hizo daños de alguna consideración en la pintoresca y progresis­ta población de Lloró, situada en la península que se forma en la confluencia de los ríos Atrato y Andágueda, al sur de Quibdó, y a una distancia como de 36 millas.

Por lo que hace a Quibdó, enormes troncos, matas de plátano, restos de cho­zas, muebles y algún baúl se vieron rodar precipitadamente. Uno de esos tron­cos alcanzó a recostarse contra los guayacanes del edificio del señor Marcial Vivas, de la carrera primera, costado occidental, produciéndose un sacudi­miento del edificio, que puso pavor en los moradores. La fuerza del agua y del tronco sobre los guayacanes, produjo el desquiciamiento de tres de ellos, que­dando el edificio en su parte posterior bastante afectado, a punto tal que se han emprendido reparaciones inmediatas para evitar un derrumbamiento.

La avenida fue simultánea

Los moradores de Lloró dormían tranquilamente en la madrugada de ayer cuando fueron sorprendidos, los que tienen sus casas y tiendas en barrio de Atrato, es decir, la parte baja, con la avenida de los ríos Andágueda y Atrato, que amenazaba con sus vidas. El río subía rápidamente. Los vecinos se llama­ron recíprocamente para ponerse a salvo, y salvar sus haberes, amenazados por las aguas, que alcanzaban por instantes altísimo nivel.

Se inundan las tiendas

Hacia la parte comercial de Lloró, se encuentran las tiendas de los señores Alfredo Chamat (al cuidado del señor Víctor Kuri), Tomás García, José Pío Serna, Fulgencio García, Eduardo García, Víctor Machado, Hernán García, la Colecturía de Hacienda, a cargo del señor Fausto Arriaga, y algunas otras, to­das las cuales sufrieron las consecuencias de la inusitada avenida, mojándose sacos de arroz, mercancías, víveres de todas clases, ya que esos expendios se mantienen bien surtidos, especialmente los del señor Tomás García. El agua subía cada instante más y más.

Había gritos de alarma y con lámparas eléctricas de mano se procedía a ilu­minar para la labor de salvamento. En la tienda del señor Kuri se provocó un incendio, por haberse derramado la gasolina de una lámpara, pero fue pronta­mente sofocado.

Las pérdidas

No se ha señalado el monto de las pérdidas en esos expendios, porque los artículos afectados no desaparecieron, pero sí se depreciaron.

Víctimas personales no hubo. En todo caso, en Lloró declaran que jamás se había presenciado allí una creciente tan grande como esa, que alcanzó un nivel de cuatro metros sobre el ordinario, cuando menos, alcanzando hasta la casa del señor Jorge Enrique García, en la población hacia la parte alta, donde están las tiendas de los señores Arturo Paz y Carlos Bechara y se encuentran el tem­plo, el cementerio, la casa municipal y algunos otros edificios.

Dos casas arrastradas

En el sitio del Atrato llamado Canchidó, la tremenda avenida arrastró la ca­sa del señor Bartolomé Rentería, quien se encontraba en esta ciudad. Su fami­lia estaba en la casa, pero pudo ponerse en salvo, aunque con pérdida de sus muebles y animales. Más debajo de Lloró, en una isla llamada Boraudo, la casa de Francisco Perea también fue arrastrada por las aguas, pero no hubo pérdida de vidas, aunque sí de instrumentos de trabajo, muebles, etc.

No sabemos si esta avenida causaría daños en la Empresa Eléctrica de An­dágueda, aunque es de suponer que no, dadas las precauciones que allá tienen los empleados de las dragas y de la planta, para evitar desastres, como hace unos cuantos años.

Lamentamos el suceso, y enviamos a las personas afectadas nuestra sincera manifestación de pesar.

De la edición 3031 del periódico ABC (Julio 20 de 1935)

Las fiestas patrias se celebran hoy con mucho entusiasmo

Ayer hubo unos heridos

Con gran entusiasmo se están celebrando las fiestas patrias. Ayer hubo pa­seo, con la banda de San Francisco, al mediodía, y por la noche marcha de antorchas. En las horas del medio día ocurrió un accidente, a tiempo de dispa­rar el antiquísimo cañón ‘España’, popularmente llamado ‘Goliat’, se verificó la explosión causando heridas y quemaduras al señor Santiago Urrutia, y a un niño de nombre Melchor, que actuaba allí. Las heridas y quemaduras no son graves.

Hoy ha habido lo de costumbre; jura de bandera, muy solemne, organizada por el comandante Méndez, y en la que tomaron parte más de mil personas, y el cuerpo de la policía; alocución del secretario de gobierno encargado del es­pacio, recepción oficial en la intendencia.

Para la tarde hay otros números muy atrayentes, lo mismo que para mañana.

Todo, hasta este momento, en el más completo orden y en el mayor entu­siasmo.

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