Cualquier colombiano que lea con mediana atención un periódico, vea un noticiero de televisión o se asome un rato a internet, podrá encontrar un acto de corrupción diferente todos los días del año. Los actos que menciono se notan en la superficialidad de los medios de información que relaciono. Los verdaderos, los que realmente causan daño y muerte en el 6to país más desigual del mundo, están ocultos a todos nosotros. Esa élite deformada y sucia que reclama los votos a coscorrones y con amenazas, es la misma que nos roba todos los días sin tregua ni piedad.

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Muy pronto los colombianos volveremos a ver la afrentosa y humillante fotografía de un expresidente de la Corte Suprema de Justicia con un cartel numérico de recién detenido en el pecho. En unos días, la imagen de Leonidas Bustos avergonzará a toda Colombia. Entre tanto, la campaña de Vargas Lleras continúa indiferente a esta realidad. Y la de Óscar Iván Zuluaga se suma a la desfachatez. Definitivamente nada hemos aprendido.

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Un par de directores de la Dian, (por supuesto de las administraciones Uribe) decidieron donar 13 billones de pesos en impuestos de los colombianos a los mineros extranjeros. Los dineros con los que se pudo erradicar el hambre de los niños de La Guajira, terminar las carreteras que el Chocó reclama para su desarrollo y la infraestructura para recuperar toda la universidad Nacional, se convirtió en yates de lujo y periqueras de locos en los casinos de Mónaco y Las Vegas, gracias a un par de degenerados cuyos jefes pretenden la reelección. Trece billones de pesos.