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25 años de la Ley 70 de 1993: avances, frustraciones, retos y desafíos

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Albeiro Moya Mena

El 27 de agosto se con­memoraron 25 años de la ley 70 de 1993, que desarrolló el ar­tículo transito­rio 55 de la Constitución Política, para reconocer el dere­cho a la propie­dad colectiva de las comunidades negras, de acuerdo con sus prácti­cas tradicionales de producción, es­tablece mecanismos de protección a la identidad cultural y de sus dere­chos como grupo étnico y fomento económico y social.

Al margen de las discusiones ju­rídicas, políticas y administrativas, es un importante mecanismo legal para proteger los derechos de las comunidades. Hay avances, frus­traciones, retos y desafíos. Avances como la titulación de más de 6.3 millones de hectáreas de tierras en Colombia, (3.5 millones en el Cho­có), creación de consejos comuni­tarios y algunos avanzan en la im­plementación de sus planes de et­nodesarrollo y manejo de los terri­torios colectivos.

Entre los fracasos, retos y desa­fíos es increíble que en 25 años no se hayan reglamentado algunos ca­pítulos esenciales de la ley sobre re­cursos naturales, planeación y fo­mento del desarrollo socioeconó­mico, lo cual muestra falta de vo­luntad política del Estado y en par­ticular de los gobiernos de Gaviria, Pastrana, Uribe y Santos que se quedaron en promesas y retóricas.

Muestra de ello es la crisis huma­nitaria, social, económica y am­biental en las comunidades, cada vez más crítica y preocupante co­mo lo dijo la Corte Constitucional en numerosas sentencias y autos, poblaciones atropelladas, confina­das y desplazadas por el conflicto armado y de la ausencia institucio­nal lleva más de 25 años, tiempo suficiente para que el Estado Social de Derecho tomara medidas para proteger a las comunidades aban­donadas secularmente.

La institucionalidad en muchos casos ignora las propuestas de las organizaciones étnico territoriales, no las integra o armoniza en sus planes de desarrollo y no financia las iniciativas de las comunidades. En los últimos años varias leyes en temas rural, minas, forestal, am­biental, ordenamiento territorial, han sido adoptadas generando un retroceso para los derechos de las comunidades negras, afrocolom­bianas, raizales y palenqueras, una especie de contrarreforma étnica.

La tarea es continuar las bande­ras de lucha cívica y pacífica me­diante la movilización democráti­ca, como la hicimos en los paros cívicos por la salvación y dignidad del Chocó, exigir la reglamenta­ción e implementación integral de la Ley 70 de 1993.

La materialización de los dere­chos de una sociedad o una comu­nidad no se logra solo a partir de leyes, decretos, documentos Conpes o propuesta teóricas. Debe­mos pasar de la legislación a la ac­ción y la materialización.

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