top of page

Una sociedad sin relevo

hernán.jpg
Hernán David Córdoba Valois

En una carrera de relevos se trabaja en equipo, se distribuyen las tareas y complementan esfuerzos, para realizar una misma actividad, se pasan uno a uno el testigo (un tubo) en el momento en que un corredor recorre una distancia determinada. El pasar significa continúa, confió en ti, es traspasar el esfuerzo y la experiencia adquirida para alcanzar la meta común.


Cuando miramos al Chocó y la carrera en que vivimos, vemos que el testigo (sabiduría, Experiencia, etc.) no se traspasa, porque se ve al otro como un rival, como un enemigo, como alguien que puede hacerte perder tu posición. El pensamiento es individual, no colectivo, no hay conciencia de grupo.

 

Vivimos en una sociedad que no hace equipo, pero que al parecer desconoce que no es la única que compite. Y en su falta de observación cuidadosa y de comprensión de la realidad, duerme tranquila como la bella durmiente, pero los que están despiertos avanzan y se pasan el “testigo” continuamente, en ellos se ve el progreso, (aun en nuestra propia pista, nuestro territorio, personas de otros lugares trabajan en equipo y producto de eso y otras cosas que no mencionaré, tienen hoy día control del comercio y otras actividades económicas de la región) siempre logran sus metas.

 

Como toda regla tiene excepción, unos pocos hijos se mueven, cumplen con los deberes, (ejemplo de ello son el Comité de Paro Cívico del Chocó, el grupo pro defensa de Bajirá, la corporación Caminando por el Progreso y la plataforma Mario en tu Radio) pero la mayoría no lo hace y producen un gran desbalance y un retroceso social (como la venta de la Fábrica de Licores, la liquidación de la Lotería del Chocó). Si queremos que esto cambie debemos empezar por nosotros mismos. Dice un dicho popular que “no hay cuña que apriete más que la del mismo palo”. Los invito a quitar las cuñas, las trabas que no nos dejan avanzar.


Vale la pena recordar las posturas que adopta el atleta en la carrera de relevos. Primero su mirada se dirige al frente; segundo, la espalda está recta y la pierna en posición de salida; con la orden de salida se busca el desequilibrio del cuerpo facilitando el impulso inicial. No sé si estamos en la pista atlética (en la planeación y ejecución de proyectos) o en qué postura estamos de las mencionadas antes, pero lo que sí es palpable es que no estamos avanzando.


No veo aquellos que por esfuerzo propio (autodidacta) o por ayuda de otros (centros de formación académica) han alcanzado un alto nivel intelectual o de sabiduría y estén traspasando su legado a las nuevas generaciones. La misión del profesor, del intelectual, del buen político debe ser “transmitir” su experiencia a las generaciones quienes deben aprehender lo mejor que puedan, pero debe transmitirles verdades, buenas razones y los mejores argumentos. Esto nos permitirá entender cada vez mejor la realidad en que vivimos y nos ayudará a transformarla positivamente. Necesitamos construir disciplina, creatividad, honestidad, humildad y amor por la tierra.


Nos toca empezar a practicar, aprender cuál es la zona de relevo y entregar y complementar para progresar juntos. Debemos estar atentos al sonido del pito “¡piii!” en sus marcas, listos, ¡ya!

bottom of page