Los pecados de Isaías Chalá
Amílcar Cuesta Torres
El ascenso alcanzado por la administración municipal de Quibdó en el ranking nacional de desempeño fiscal, profusamente difundido en este medio y en las redes sociales, demuestra que con voluntad, orden y un buen equipo de colaboradores se pueden alcanzar las metas propuestas en un programa de gobierno.
La remontada de 43 puestos en comparación con los desempeños del pasado habla bien de la disciplina financiera impuesta por el alcalde Isaías Chalá Ibargüen.
Pero el reconocimiento que obtiene el mandatario en lo fiscal se desvanece cuando se analizan otros indicadores de buen gobierno y satisfacción ciudadana. Así, por ejemplo, la inseguridad es lo que más atormenta a los quibdoseños, estremecidos por los episodios de atracos crímenes y extorsiones que día tras día presencian en sus comunas.
El alcalde todavía no halla la fórmula para reducir la alta tasa de homicidios que nos ubican en los primeros lugares del desangre nacional.
En el tema de movilidad Quibdó es una ciudad alucinante.
La desregulación del tránsito, unida al reducido espacio público y la fijación Balboahacia los motociclistas infractores han dado paso a un caos imparable.
Claro que el lamentable estado de las calles también contribuye al desbarajuste, puesto que el recorrido de vehículos de servicio público y motocicletas se convierte en un drama fatigoso por el cual la vida de los transeúntes permanece en constante riesgo.
Ha sido recurrente la protesta de los habitantes de la zona norte para que se mejore la pavimentación de la vía al barrio Huapango, cuya deplorable condición es motivo de trancones y accidentes, y se refuerce el puente que los conecta con el resto de la ciudad.
Sin embargo, los atribulados ciudadanos sólo han recibido promesas incumplidas que incrementan su frustración.
Si esta es la situación de una arteria principal de la ciudad, sobra describir el estado de las calles en lo profundo de los barrios.
Durante este mandato han sido tímidos los esfuerzos en materia de saneamiento básico, ornato, arborización, pedagogía para el reciclaje y cultura ciudadana para mejorar el medio ambiente y la convivencia en contextos críticos. De igual modo se percibe debilidad en las políticas públicas para juventud, mujer y tercera edad.
Así pues, frente al desorden heredado de varias administraciones los éxitos de Chalá Ibargüen en desempeño fiscal son importantes, sin duda, pero sólo las condiciones de vida digna nos harán decir: estamos avanzando.