En varios puntos del trayecto de la vía entre Ciudad Mutis y el corregimiento de El Valle han existido botaderos de basuras, que en más de las veces se han servido los habitantes de la cabecera municipal de Bahía Solano, si se tiene en cuenta que la esporádica recolección de basura a ese último poblado, por parte de la empresa prestadora del servicio, siempre la justificó el mal estado de la carretera, antes que se hubiera pavimentado diez de los dieciséis kilómetros que tiene.
La razón era elemental: los sitios inadecuados de vertimiento o de depósito final de residuos sólidos -carentes de licencias ambientales, además-, estaban más cercanos a Ciudad Mutis, aunque la carretera seguía siendo entonces un camino de herradura, pero en mejor estado para transitar que el tramo correspondiente a El Valle, donde está el centro urbano más importante después de aquel donde queda la sede de la administración municipal.
Después que quedaron saturados, finalmente se escogió el lugar donde funcionaría el relleno sanitario de Bahía Solano.
Desde hace un poco más de una década no ha sido otra cosa que el agresor constante de un sistema de bosque endémico y cuerpos de aguas a los que le caen lixiviados, cuyas percolaciones ponen en evidente riesgo la desaparición de especies acuáticas y brotes epidemiológicos contra los humanos.
Es tan indudable lo anterior, que lo que llaman “relleno sanitario” está ubicado a menos de cien metros de la quebrada Angía que es uno de los puntos
¿Relleno sanitario?limítrofes del área urbana del casco municipal, y que sirve sus aguas al río Valle, siendo el más grande e importante accidente hidrográfico de la zona y sobre sus vegas hay asentamientos humanos que reciben directamente aguas sentinas provocadas por ese insalubre basural.
No se sabe cuando puedan verse las enfermedades en los seres humanos producidas a causa de las inmundicias que destila el basurero; tampoco la verificación de deformaciones que puedan identificarse, tras las investigaciones de los ictiólogos; menos, la simbiosis que puedan reconocer los fitólogos entre la vegetación como ecosistema para neutralizar los efectos contaminantes de un relleno sanitario. No lo sostengo, pero algún efecto teratológico puede surgir.
La evidencia de que se trata de un relleno sanitario a cielo abierto y sin las condiciones técnicas para su operación es tal, que no solamente se ven extrañas mutaciones alimenticias de animales herbívoros que derivan sus sustentos de las podredumbres que de allá sacan: bovinos (vacas) y equinos (bestias) encontraron un lugar común para paliar el maltrato y abandono en que lo sometieron sus dueños, mientras los buitres esperan el deceso.
Mientras se crea que no hay un silencioso impulso destructivo de todas las áreas de influencia del basurero de Bahía Solano y sus colaterales consecuencias; mientras las autoridades ambientales del Chocó minimicen el problema que ven diariamente; mientras la indiferencia de los ciudadanos o de las organizaciones ambientalistas reconozcan que sus intereses no están ahí; mientras las administraciones no cambien sus acusaciones contra sus antecesores responsables habrá cada vez un problema de salud pública costoso de sanear.